Quique Dacosta Restaurante
El templo de la gastronomía en Dénia
Un profesional polifacético, así podría definirse a Quique Dacosta, que además de ser el nombre que recibe el restaurante 3 estrellas Michelin en Dénia, es también el nombre de su creador. Es conocido en todo el mundo por su expresión artística en la cocina. El chef valenciano de adopción se sirve de la cultura de su territorio para personificar la calidad, la excelencia, la innovación y la tradición.
Además del enclave en Dénia, el chef abrió también el pasado año Lista Negra. Se trata de un restaurante de producto en Valencia y también Arros QD. Un proyecto muy innovador en Londres que tiene como hilo conductor de la carta el arroz preparado con ingredientes británicos.
Quique Dacosta Restaurante se encuentra a orillas del Mediterráneo, cerca del Parque Natural del Montgó, un enclave fundamental en su cocina por la riqueza inagotable de sus fondos marinos. Nombrado mejor restaurante de Europa por la lista “Opinionated About Dining” y presente entre los 50 mejores restaurantes del mundo por la revista “The restaurant”, el espacio de Quique Dacosta ya es conocido entre los entendidos como uno de los templos de la gastronomía mediterránea española.
Tras más de dos décadas en el sector de la restauración, los compromisos ideológicos de Quique Dacosta siguen siendo los mismos. Mantener el producto como pilar central de la obra en términos físicos y el territorio como signo de distinción. En palabras del propio chef:
“somos cómplices y nos sentimos con la responsabilidad de representar este pequeño lugar desde la mesa, que es donde mejor se expresa su gran código identitario”.
Una forma muy íntima de mostrar su compromiso con la tierra que lo rodea y su modo de interpretarla. A partir de la temporada pasada, el restaurante presentó Autorretratos. El mismo chef bautizó este nuevo menú degustación como una liberación, una evolución y un paso adelante hacia el aprendizaje. Esta nueva propuesta representa un giro en el argumento principal de su cocina. Así se libera de lo construido, ofreciendo especial protagonismo a la imaginación y a la fantasía, aludiendo directamente a la mirada y la sensibilidad de los comensales frente a sus creaciones.
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