Descubre los secretos que esconden las ostras
Conocidas por ser el afrodisíaco natural por excelencia, las ostras esconden muchas más curiosidades que hacen de ellas el tesoro gastronómico que son. Hoy te desvelamos algunos datos que seguro desconoces sobre este molusco de oro.
Empecemos por el principio. Ostras es tan solo el nombre común que reciben estas familias de moluscos de agua salada. Porque, aunque no te lo creas, no todas las ostras son iguales. Alrededor del mundo existen cinco especies de ostras distintas: las del Pacífico, las Kumamoto, las europeas, las del Atlántico y las de Olimpia. Sus diferencias, evidentemente, surgen de las aguas en las que crecen, pero también se las distingue por el tipo de concha que poseen.
Sus beneficios para la salud
A parte de ser todo un manjar (aunque, ¡ojo! No todos disfrutan de él…) estos bivalvos son muy ricos en zinc. Esto los convierte en un alimento idóneo para mantener los niveles de energía y levantar el ánimo. Además, se dice también que el zinc es capaz de aumentar el deseo sexual, de ahí su histórica reputación como afrodisíaco. También es un gran aliado para reforzar el sistema inmune, para ayudar a eliminar el acné, aliviar las erupciones y fortalecer los huesos.
Favorecen la conservación del medio ambiente
Probablemente desconocías este dato, pero se sabe que las ostras limpian el agua en el que residen. ¡Cada unidad de estos moluscos es capaz de filtrar más de 100 litros de agua al día! Por eso los criaderos de ostras tienen un impacto muy bajo en el medioambiente.
Ayudan a que crezcan las plantas
Las conchas de las ostras suelen desecharse a la basura en cuanto es consumida su carne. Pero quizás puedas sacar partido de ellas si las entierras en la tierra de tu jardín o tus macetas. Lo cierto es que estas conchas son muy ricas en calcio, lo que ayuda a equilibrar el PH del suelo y favorece el crecimiento de las plantas y las flores.
Las ostras en la antigüedad y otras curiosidades
Su reputación las precede y es que ya en la época del imperio romano eran un bien muy preciado. Se dice que llegaron a costar 10 veces más que las propias langostas. También se tienen datos de que Marco Polo importó la acuicultura de China, una técnica que poco después se aplicó a las ostras en la ría del Eo.
Las ostras plana son capaces de cambiar de sexo cada año, aunque el resto de las especies lo mantienen durante toda su vida. Y por último, pero no menos importante, ¡la ostra tiene el cerebro más pequeño que los ojos!
Para aquellos que queráis degustar este auténtico manjar, las ostras de La Belle Huitre son sin duda la mejor recomendación. Esta empresa de ostricultores lleva más de dos décadas dedicándose al cultivo de ostras, respetando siempre los procesos de cultivo tradicionales. La Belle Huitre ha conquistado desde hace mucho tiempo el paladar de los gourmets más exigentes. ¿Te harás tú de rogar?
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