El gaslighting y su efecto en la salud mental

Descubrimos en el gaslighting un tipo de maltrato con graves efectos en la salud mental de quien lo sufre. ¿En qué consiste y cómo actúan quiénes lo ejercen?

Luz de gas o gaslighting es una expresión del ámbito de la psicología que describe una dinámica de convivencia perversa. El término se inspiró en una obra de teatro de Patrick Hamilton estrenada en 1938 y que, años más tarde, se versionó en la famosa película “Luz de Gas” (1944), galardonada con un Oscar. 

¿En qué consiste el gaslighting?

Se trata de un tipo de manipulación emocional que suele llevarse a cabo en relaciones abusivas. El abusador o acosador crea una narrativa falsa para engañar a otra persona (su víctima) y hacerle cuestionar sus propios juicios y su propia realidad. Algo que termina por crear un efecto de inseguridad sobre la víctima, quien termina por dudar de sus propias percepciones. 

Este tipo de abuso suele darse en relaciones amorosas, aunque también se han dado casos entre amigos, familiares o compañeros de trabajo. Aunque la intención es siempre la misma: ejercer el poder sobre el otro y manipularlo en base a los intereses propios. Pero, según Andrew D. Spear, profesor de filosofía de la Grand Valle State University en Michigan (EE.UU) el “controlar” a la víctima no suele ser el objetivo final. Lo que el agresor quiere es sentir que la víctima está de acuerdo con él, es decir, llegar a anular su propia voluntad. Un acto que en psicología se ha descrito como “muerte psíquica”. 

¿Qué consecuencias tiene sobre la salud mental?

Como mencionábamos, la incertidumbre y la duda son los síntomas principales. Aunque las personas que sean víctimas de gaslighting también pueden experimentar ansiedad, depresión, desorientación e, incluso, trastorno de estrés postraumático.