Bótox capilar para cabellos finos y sin volumen
El tratamiento estrella para ganar volumen, densidad y movimiento en cabellos finos es el bótox capilar.
Una melena bonita y sana es uno de los mejores estimulantes para sentirnos bien y a gusto con nuestro aspecto. Un pelo limpio, cuidado y con un buen estilismo puede cambiar la apariencia de un look. Pero no todos tenemos la suerte de disfrutar de las cualidades de un pelo grueso y con volumen de forma natural y, en muchas ocasiones, acabamos recurriendo a champús y tratamientos milagrosos momentáneos que acaban por estropearnos el cabello (¡y el bolsillo!).
Una tendencia que parece gozar de una buena posición entre los tratamientos más recomendados entre los profesionales es el bótox capilar. A diferencia de lo que muchos podáis estar pensando, este tratamiento no se aplica a través de la inyección de la toxina botulínica, como sucede con el bótox facial. Se trata de una mascarilla capilar realizada a través de la mezcla de vitaminas, aminoácidos, proteínas, ácido hialurónico y colágeno. ¿Lo mejor de todo esto? Que tu pelo no recibe la influencia dañina de ninguna toxina.
¿Cómo se aplica el botox capilar?
El modo de empleo es bastante sencillo. Se aplica y se reparte el producto mechón a mechón, sin llegar a tocar nunca la raíz. Después, se deja absorber durante 25 minutos aplicando calor para que la fibra capilar se empape mejor.
¿El resultado?
Un cabello hidratado en profundidad, con una apariencia más jugosa, vital y con mayor movimiento. A consecuencia de esta intensa hidratación, la melena gana muchísimo brillo, pero no se engrasa, recuperando su fortaleza, densidad y sedosidad naturales.
El bótox capilar suele tener un precio asequible —rondando los 30€, aunque siempre depende del centro donde te lo realices— y su efecto dura aproximadamente unos 4 meses.
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