¿Qué es la memoria y los tipos?

La memoria define quiénes somos. Y es que nuestros recuerdos relatan nuestras vidas y, gracias a ellos, no olvidamos lo que somos y cómo gira el mundo en torno nuestro.
Sin embargo, para que esos recuerdos sigan latentes en nuestro pensamiento durante mucho tiempo, necesitamos la memoria. Se trata de un mecanismo que a pesar de haber formado parte de muchas investigaciones, aún desconocemos.
Desde aquí intentaremos describir qué es y los tipos que existen.
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¿Cuántos tipos de memoria existen?
La memoria es una capacidad mental cuyo cometido es almacenar, recopilar información y recuperar parte de ella, cuando es preciso. De ese modo, nuestra mente es capaz de recordar experiencias pasadas en forma de imágenes, sentimientos, acontecimientos e incluso ideas.
Esta función del cerebro desempeña un papel primordial en el aprendizaje. También es clave para nuestra supervivencia porque nos permite adaptarnos al entorno donde nos desenvolvemos cada día.
Ahora bien, las regiones del cerebro que intervienen en el proceso de la memoria son varias dependiendo de lo que se quiera memorizar. De ese modo, mientras que las palabras se conservan en el hemisferio derecho, el pensamiento se encuentra en el lóbulo frontal y los recuerdos en el temporal.
¿Cuáles son los diferentes tipos?
Disponemos de tres tipos de memoria diferentes, pues la información de nuestro cerebro atraviesa diferentes áreas según se lleva a cabo su procesamiento. ¡Son estas!
- Memoria sensorial. Dura poco y la información que recibe procede de los sentidos. Lo que hace es recoger los estímulos, que selecciona e identifica para procesarlos después.
- A corto plazo. También es limitada y lo que hace es retener cierta información durante un período de tiempo determinado. Este tipo se divide a su vez en cuatro tipos distintos: agenda visoespacial (mantenimiento de información en imágenes), almacén episódico (información espacial, verbal, visual y temporal), bucle fonológico (información verbal) y sistema ejecutivo (controla y regula la memoria operativa).
- A largo plazo. Es la que retiene la información por más tiempo y se divide en: memoria explícita (almacena la información de forma consciente y conlleva el reconocimiento de cosas, lugares o personas) y memoria implícita (almacena la información de forma inconsciente y se refiere a las acciones automáticas que hacemos como puede ser montar en bici).
A veces somos incapaces de recordar ciertas cosas o situaciones que calificamos como despistes, aunque si aparecen con frecuencia pueden significar el inicio de un deterioro cognitivo.
Por suerte, cabe la posibilidad de ejercitar la memoria para evitar su deterioro futuro a través de ejercicios mentales como la lectura, el ajedrez, adquirir nuevos conocimientos o jugar a pasatiempos. Además, para tener buena memoria es importante dormir bien por las noches, ya que el descanso es vital para el óptimo funcionamiento de nuestro organismo.