Rinoplastia, embellece tu nariz.
El cuerpo, imperfecto por naturaleza, presenta diversas deformidades. A día de hoy, con los avances médicos y tecnológicos, es posible retocarlo con tan solo una operación. En el centro Herrero Jover Médicos, el equipo está especializado en la rinoplastia de punta de nariz, una operación quirúrgica que pretende resolver los problemas estéticos de esta delicada zona sin alterar su funcionalidad.
Al ser una de las partes más complejas de intervenir, se exige a los médicos tener una alta experiencia. Es necesario tener en cuenta que tanto la forma como el tamaño de la punta de la nariz están determinados por el grosor de la piel y la forma de la estructura cartilaginosa.
Por eso no se analiza como un elemento aparte aunque se trate de una operación distinta a la rinoplastia simple, que retoca la nariz en general. La operación de la punta de nariz se entiende como un conjunto.
Entre las estructuras nasales que más frecuentemente necesitan una mejora estética se encuentran:
- La hiperproyección, caso en el que primero se debe posicionar el dorso, corregir desviaciones del septum, si las hubiera, y remodelar, reducir, descender y dar forma a los alares.
- La punta ancha, consecuencia de una piel gruesa o de un cartílago excesivamente ancho y fuerte.
- La punta caída, que se somete a cirugía elevándola resecando el cartílago del septum o introduciendo un injerto cartilaginoso.
- La punta desviada, en la que se deben corregir las asimetrías de la columela y los cartílogos alares. Para ello se suelen realizar, igual que con el anterior, injertos de cartílago o grasa para completar los tejidos deficientes que no pueden corregirse.
- La punta bífida, que puede ser consecuencia de una falta de unión de los cartílagos alares en la parte anterior de la punta nasal, para lo que se puede saturar en la línea media los dos cartílagos consiguiendo una mayor proyección o realizar un injerto de cartílago en la columela o en la punta por encima de los cartílagos alares.
Lo más importante antes de llevar a cabo la intervención es realizar un diagnóstico preciso y personalizado de las alteraciones y elegir adecuadamente las técnicas que se van a utilizar. Como la operación tiene menos complicaciones que una rinoplastia completa, el proceso postoperatorio no presenta tantos hematomas. Además, no se requiere ingreso hospitalario: un esparadrapo durante 5 días es suficiente para curar la nariz y tener una nueva cara.