¿Por qué nos quedamos afónicos? (y cómo evitarlo)
La afonía es una condición de salud que resulta muy molesta por impedirnos hablar con normalidad y provocarnos irritación y molestias en la garganta. Además, en épocas de cambios estacionales o de combinaciones de frío y calor, esta afección suele ser más común y persistente.
Para ayudarte a cuidar de tu salud, en este artículo vamos a descubrir por qué nos quedamos afónicos y cómo podemos evitarlo.
Causas de la afonía
La afonía, o correctamente llamada disfonía, es la perdida de voz completa o parcial durante un tiempo.
Esta afección ocurre debido a un mal funcionamiento de la laringe que se está protegiendo de un mal uso o por una patología que sufrimos.
Estas son las principales causas de la afonía:
- Enfermedades crónicas o transitorias del aparato respiratorio: Cuando estamos enfermos con amigdalitis, faringitis, amigdalitis, etc. Pero también cuando sufrimos de nódulos o tumores.
- Contacto con la laringe: Cuando han estado manipulando nuestra laringe, ya sea por una intervención quirúrgica o debido a un golpe fuerte, podemos quedarnos sin voz durante un tiempo.
- Gritar: Un mal uso de la voz puede provocar la inflamación de la laringe y hacer que nos sintamos afónicos.
- Exceso de productos tóxicos: El tabaco, el alcohol o el vinagre en exceso pueden provocarnos afonía. Además si inhalamos sin querer productos tóxicos como la lejía, la laringe también puede verse afectada y podemos perder la voz temporalmente.
- Frío: Cuando pasamos un largo rato al frío o tomamos bebidas o alimentos excesivamente fríos podemos irritar nuestro aparato respiratorio provocando la afonía.
¿Cómo evitar la afonía?
Hay ciertos consejos que pueden ayudarte a evitar la afonía y es importante que los pongas en práctica antes de que esto pueda derivar en una patología más delicada con el tiempo:
- No consumas productos tóxicos: No fumes ni inspires el humo de los fumadores, reduce el consumo de alcohol, no te expongas a gases tóxicos, etc. En resumen, protege tu aparato respiratorio.
- Habla con un tono adecuado: No grites para hablar. Si sientes que estás forzando la voz utiliza otros métodos para hacerte entender (afloja la música, habla en signos, escribe, sal de la estancia, etc.)
- Descansa la voz: Dormir el tiempo adecuado es primordial para no quedarte afónico, así que cuida tus horas de sueño.
Ahora que ya sabes por qué nos quedamos afónicos y cómo podemos evitarlo, no dudes en poner en práctica todos nuestros consejos para un buen funcionamiento de tu laringe y de tus cuerdas vocales.
Si tu afonía es persistente, consulta con un médico lo antes posible.