Propuestas para hombres que odian llevar corbata

¿Sabíais que el origen de la corbata se remonta al año 1660? Su nombre viene del italiano cravatta —derivado de croata— y hacía referencia a los pañuelos negros que los jinetes del ejército croata llevaban anudados al cuello.

Sin embargo, hoy en día la corbata es una de las prendas que más horror provoca entre los hombres, aunque es también una de las más requeridas en ciertas ocasiones. Pero ¿Y si os ofrecemos nuevas ideas para lucirla fuera de los convencionalismos? A continuación proponemos novedosas formas para dejar de lado la mítica imagen de la soga alrededor del cuello.

Existen múltiples modelos de corbatas, pero no todos son válidos para todos los gustos ni ocasiones. La clásicacorbata larga —la que se usa con mayor regularidad en nuestros días— está siempre asociada a la camisa y el traje, pero para aquellos hombres que prefieran un lookmás desenfadado, les proponemos vestirla con una camisa vaquera o con un chaleco acolchado. De este modo no se renuncia a la elegancia y en ciertas ocasiones puede resultar también una opción muy cálida.

Combinar la corbata con el resto de los accesorios es también una brillante idea para componer un look 10; eso sí, esta opción es solo apta para los más atrevidos. Otra apuesta un tanto arriesgada —pero totalmente acertada para los auténticos dandies— es el uso del corbatín.

La siguiente opción es muy personal y, además, rentable. Enjoya tu corbata con cadenas en el nudo o algún pin en el centro y convierte las corbatas antiguas en frescas apuestas que, de seguro, darán un toque muy original a tu outfit.

Sustituye las corbatas por pañuelos anudados al cuello si prefieres llevar camisetas de algodón o no abrocharte del todo la camisa y evita cualquier tentativa si te decides por vestir un polo, ya que son dos elementos que no se mezclan.

Corbatas camufladas por el mismo estampado que el de la camisa, escondidas entre las múltiples capas de ropa o completamente desanudadas, son siempre opciones válidas para los caballeros que no quieren perder su toque de elegancia. Pero si aun así sigues siendo receloso hacia las corbatas, sustitúyelas por cuellos altos para que nadie pueda recriminarte por qué no la llevas puesta.