Museos gastronómicos. 10 templos donde comer es un arte.
Cuando se habla de turismo gastronómico muchos se sentirán identificados con todo lo relacionado a visitar diferentes lugares del mundo para disfrutar cada plato típico y, aunque hay destinos con una gastronomía realmente variada, existen otras formas de celebrar la comida. Por ejemplo, construyendo museos en honor a ella. En éstos las obras de arte están para comérselas.
Museo del Helado
El primer museo gastronómico del que hay que hablar es el Museum of Ice Cream, situado en Nueva York. Un maravilloso lugar en el que disfrutan niños y adultos degustando los mejores helados. Es casi más un parque temático para los que se pirran por un helado: piscina llena de toppings, sandwiches de helado, sabores futuristas, globos comestibles y una sala de chocolate. En Italia está el Gelato Museum Carpigiani en Anzola Dell’Emilia. La visita a este museo incluye presentaciones multimedia, fotos y documentos históricos, accesorios, utensilios y otras curiosidades relacionadas con la historia, la cultura y la tecnología del helado, un postre que desde siempre se ha identificado con la creatividad culinaria italiana.
Museo de la pasta
Sin salir de Italia, no podía faltar un homenaje al producto italiano por antonomasia: la pasta. El Museo Nazionale della Paste Alimentari repasa los orígenes de la pasta, los cientos de tipos y maneras en las que se puede cocinar, los personajes célebres amantes de la cocina italiana y la maquinaria empleada desde los inicios hasta la actualidad. No hay italiano en el mundo que pueda vivir sin un plato diario de pasta.
Museo de la patata
Por otro lado, y sorprendentemente, existe el Frietmuseum situado en Brujas. En su interior se puede descubrir la historia de la patata y su versión más popular sobre cómo cocinarla.
Museo de la fruta
Uno de los más saludables hasta ahora, es el Yamanashi Fuefukigawa Park en Japón. Dedicado a la fruta, a su belleza natural y a la importancia en el medio ambiente. En su interior hay espacios dedicados a la uva, al melocotón y a la ciruela, frutas locales de Yamanashi. Y todo con vistas al monte Fuji.
Museo del pan
Situado en Valladolid, uno de los alimentos básicos de nuestra alimentación. Donde se pueden conocer mejor sus variedades, procesos de elaboración o su evolución a lo largo de la historia.
Museo de la pizza
Y cómo no, existe un museo de la pizza para los amantes de este suculento plato. Este divertido museo se denomina Pizza Brain, un lugar al que no se puede faltar y en el que se puede degustar las mejores masas pizzeras.
Museo de las palomitas
De frutas, de chocolate, con miel, saladas, dulces, con mantequilla, con extra de sal… existen palomitas en todas sus formas y sabores en Wyandot Popcorn Museum, situado en Ohio. Además el museo incluye máquinas y carritos del año 1892, postres y anuncios vintage y toda clase de packaging.
Museo del chocolate
Para los aztecas el chocolate era la bebida de los dioses, y no nos extraña. El museo del Chocolate de Barcelona es el lugar perfecto para todo aquél que ame este dulce. También existe otro museo dedicado al cacao, el Schokoladen Museum, en Colonia. Su fundador, Hans Imhoff, decidió dar forma a su pasión construyendo este museo que alberga piezas precolombinas y de la implantación del chocolate en la Europa de los siglos XVII y XVIII. Además hay un espacio dedicado al diseño y packaging del chocolate: anuncios, postres, cajas, y chocolaterías de los más vintage.