Magia y tradición, la historia de los bolsos de rafia

En el mundo de la moda, como en cualquier parte, hay tendencias que siempre vuelven. Al final un clásico se convierte en lo que es porque nunca pierde su vigencia. Este es el caso de los bolsos de rafia que, no importa cuán atrás volvamos en el tiempo, en nuestros álbumes de fotos incluso nuestras abuelas aparecen con ellos.

Pero, ¿cuál es la historia de estos bolsos de rafia?

No podemos concretar con exactitud cuándo y dónde surgieron por primera vez estos bolsos. Pero sí es curioso como ciertas tendencias surgen (o se propagan) con cierta facilidad a través del globo. México, Bali, Marruecos o Mallorca son algunos de los puntos geográficos con mayor presencia de producción artesanal de este tipo de bolso.  

Tradición mallorquina

Por lo que respecta a nuestro país, la tradición de los productos de rafia se extiende varios siglos atrás. Capdepera, la pequeña localidad mallorquina, cuenta con una de las mayores (y más antiguas) tradiciones de tejedoras de palmito o llata. Las “madones” (así es como se las conoce localmente) son un grupo de mujeres jubiladas que por las tardes se juntan a tejer, para prolongar esta práctica que ya aprendieron de sus padres (y estos de los suyos, etc).

Una costumbre capaz de acercar el pasado al presente y renovarlo cada temporada. Artesanía La Palma es la empresa familiar que comercializa, de forma exclusiva, las creaciones de las ‘madones’. Unos productos delicados y de laboriosa producción que solo se elaboran en tiradas muy reducidas o por encargo.

Y como todo lo bueno poco tarda en popularizarse, también las grandes marcas y la alta costura han querido apropiarse de estos diseños clásicos, dotándolos de carácter y originalidad. Los hay de todas las formas, tamaños y colores, con diseños tan variados como gustos hay en el mundo. ¿La finalidad? Que no haya una sola persona que no pierda la cabeza por tener uno distinto cada temporada.  

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