Los probióticos, sus beneficios y dónde encontrarlos
Con el auge de las dietas de base vegetal y la preocupación por el origen orgánico y ecológico de los alimentos que ingerimos, términos de lo más singulares han pasado a formar parte de nuestro vocabulario nutricional. Espirulina, keto, superalimentos, aminoácidos… Cada uno de estos términos daría para escribir decenas de artículos, pero hoy queremos hablaros de otro muy distinto: los probióticos.
Si alguna vez habéis oído la expresión “consumir alimentos vivos” lo más probable es que la conversación girara en torno a los probióticos.
Pero ¿qué son los y para qué sirven?
Los probióticos son unos microorganismos, bacterias que encontramos en nuestro cuerpo y que son esenciales para nuestra salud, principalmente la intestinal. Por eso mismo, la gran mayoría de ellos se encuentran en nuestro intestino, constituyendo la microbiota intestinal. A parte de los probióticos, la microbiota está formada por otras miles de bacterias que determinan nuestra salud. Pero esta puede variar según algunos factores como la calidad del aire al que estamos expuestos, nuestras emociones —¡el desequilibrio emocional puede bajar nuestras defensas!— y, por supuesto, los alimentos que ingerimos.
Algunas de las funciones indispensables de los probióticos en nuestro organismo radican en actividades tan esenciales como: la correcta producción de hormonas, el fortalecimiento del sistema inmunitario, la regulación de nuestro estado de ánimo o la digestión, entre muchas otras.
¿Queréis comprobar algunos de los beneficios que de obtienen de una correcta inclusión de los probióticos en una dieta? Aquí os dejamos 5 ejemplos:
Son los mejores aliados a la hora de combatir los antibióticos
Los antibióticos son muy útiles cuando hay que tratar afecciones creadas por bacterias dañinas, pero muchas veces también suelen destruir aquellas bacterias útiles para el organismo. Por eso, tomar probióticos cuando te estás tratando con antibióticos puede ayudar a proteger tu flora natural, tanto intestinal como vaginal.
Ayudan al buen funcionamiento del hígado
Mantener nuestro hígado sano es esencial para nuestra salud, pues algunas de nuestras funciones más básicas —como el filtro de toxinas— dependen de él. Tomar alimentos a diario ricos en probióticos —o ricos en bacterias como el L.Bulgaricus o el Thermophiius— ayudarán a prevenir que los pequeños daños del hígado se tornen en serias enfermedades.
Equilibran tus emociones
En este aspecto, los probióticos básicamente ayudan a reducir el estrés. Y eso ya es mucho. El cerebro y los intestinos, al estar conectados, necesitan la salud de uno para garantizar la del otro. Por ello, el consumo de estas bacterias puede favorecer a la relajación y, en consecuencia, a la prevención de trastornos mayores como la ansiedad o la depresión.
Aliado contra la obesidad
Al residir principalmente en los intestinos, los probióticos tienen un efecto directo en la absorción de los nutrientes y en la mejora del metabolismo de la glucosa y de la grasa. Además, favorecen una correcta digestión y el buen uso de la energía obtenida de los nutrientes.
Prepara el cuerpo ante los resfriados
Un consumo equilibrado de alimentos ricos en probióticos nos ayuda también a preparar nuestro sistema inmune ante las gripes y los resfriados. Y no solo eso, sino que está comprobado que, a pesar de contraerlas, sus síntomas son mucho más leves y temporales.
Este tipo de bacterias se encuentran principalmente en alimentos fermentados como el kimchi, el chucrut, la Kombucha, la pasta miso o los yogures. Estos últimos suelen ser los más comunes en las dietas occidentales ¿verdad?
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