La pandemia cierra el colmado más icónico de Moscú

El colmado de ultramarinos Yeliséyevski ha cerrado las puertas tras más de un siglo de historia, a causa de la recesión surgida a raíz de la pandemia.
Se la conocía por ser la tienda más icónica de Moscú. El templo de Baco o el “templo de la glotonería”, como lo apodaría el periodista y escritor Vladimir Guiliarovski. Lo cierto es que Yeliséyevski no era solo la tienda de comestibles más impresionante de la capital rusa, sino que también era la más antigua. Ahora, la pandemia del coronavirus le cierra las puertas.
Su historia
La impresionante mansión fue construida en el siglo XVIII y fue una vez el hogar de la princesa Zinaid Volkonskaia. Ella, siendo una de las anfitrionas más conocidas de la época, convirtió ese espacio en uno de los salones literarios europeos más frecuentados por la élite intelectual de la época.
No fue hasta 1901 cuando el comerciante Grigori Yeliséyev se hizo con la propiedad —situada en la céntrica Tverskaya— y la convirtió en el colmado de ultramarinos más lujoso de la ciudad. Se trataba de un espacio grandioso, decorado con cuadros históricos y elementos arquitectónicos que lo convertían en un monumento histórico para la ciudad.
La suntuosidad se tradujo también en el tipo de mercancía que se ofrecía a la clientela. La grandísima variedad de productos de la más alta calidad lo convirtieron en el punto de encuentro de la nobleza y la alta sociedad (los únicos con bolsillos suficientemente pudientes). Olivas, frutas frescas, aceites, quesos, ostras, café y hasta té de Java. El colmado Yeliséyevski se había convertido casi en un espacio de culto entre los moscovitas.
Tras la revolución rusa, las autoridades soviéticas expropiaron la tienda en 1918 y el colmado pasó a ser de propiedad estatal y a llamarse Gastronom nº1 —aunque la realidad es que los moscovitas lo siguieron llamando por su nombre original—. La tienda se convirtió en un símbolo de abundancia, incluso en tiempos difíciles.
Pues bien, a pesar de haber sido testigo de los altibajos del imperio ruso, de la revolución bolchevique, de la Unión Soviética, de la perestroika y de los turbulentos años 90, ha sido la recesión económica de la pandemia por coronavirus la que finalmente ha echado el candado a este icono de Moscú.
La problemática actual
Los cierres fronterizos, la manca de turismo y los cambios de consumo de las últimas décadas han llevado a la quiebra a este colmado que tanta historia guardaba entre sus paredes. Las autoridades locales han asegurado que tienen intención de mantener la tienda, y lo hacían así:
“Independientemente de quien sea el propietario o usuario, se celebrará con ellos un contrato de protección con la obligación de preservar un monumento arquitectónico, un objeto de patrimonio cultural de importancia federal”.
Ahora solo queda esperar para ver en qué queda convertido el mítico colmado Yeliséyevski, aunque por el momento todavía se desconocen las fechas de reapertura.
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