La magia de la odontología digital
La digitalización de la odontología facilita y agiliza el trabajo de los dentistas, pero la labor de los profesionales siempre será necesaria. Desde la Clínica Dental Abella Rubio nos cuentan las claves de los nuevos sistemas.
La tecnología digital ha transformado muchos aspectos de nuestra vida y la odontología no es una excepción. Estamos hablando del uso de tecnologías digitales en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la salud bucal de los pacientes. Para entender un poco mejor cómo ha mejorado todo este proceso la odontología digital, hemos acudido a la clínica dental en la que confiamos en la revista, la Clínica Dental Abella Rubio.
El equipo de la clínica, capitaneado por Ariadna Abella, nos cuenta que el flujo digital dental aporta avances y beneficios tanto para el dentista como para el paciente. Y es que, la digitalización de los procedimientos de trabajo que sustituyen a los métodos tradicionales o manuales facilitan muchas tareas que, hasta hace pocos años, eran impensables. Estos beneficios se aplican a todo el proceso de trabajo, desde el diagnóstico hasta la planificación y el tratamiento, ya que aportan exactitud, precisión, predictibilidad, fiabilidad y comodidad.
La odontología digital a favor del dentista y el paciente
La odontología digital no solo facilita y agiliza el trabajo del dentista, sino que eso hace que se reduzca el tiempo que el paciente tiene que estar en el sillón dental. Además, los trabajos son más precisos, se pueden incluso colocar los implantes con guías individualizadas para cada caso y las férulas de descarga y las prótesis se adaptan mucho mejor. Por eso, la comodidad en el trabajo del dentista también se traduce en una mayor comodidad para el paciente.
Por otro lado, el beneficio máximo para el paciente es la toma de un registro. Mientras antes se tomaban medidas con pastas y siliconas que daban arcadas y dificultaban la respiración, ahora se utilizan escáneres intraorales. Se trata de cámaras del tamaño de un rotulador que captan y graban dientes y tejidos de alrededor. Una vez tienen la medida tomada, los resultados pasan a la fase de diseño. Contra más precisión y limpieza se obtenga en la captura de esa información, mejores y más fieles serán los resultados en la fase de diseño. Después, esa información se traslada a un laboratorio para su producción final. Gracias a la odontología digital, el archivo con los datos puede ser enviado en minutos a cualquier laboratorio, independientemente de donde se encuentre. De este modo, se facilita la comunicación y comprensión de los diagnósticos y tratamientos.
Por tanto, gracias a la odontología digital, los profesionales obtienen más información, más facilidad de trabajo y más precisión, ofreciendo mejores resultados a los pacientes. Sin embargo, tal y como aseguran desde la Clínica Dental Abella Rubio, no se puede dejar todo el trabajo en manos del software, sino que siempre se debe incluir lo más fundamental: la formación y el factor humano. Y es que, la odontología digital no tiene alma, así que aquí es donde entra en juego el criterio profesional.
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