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Gabriele Münter: la revolución del color en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid acoge, del 12 de noviembre de 2024 al 9 de febrero de 2025, una fascinante retrospectiva dedicada a Gabriele Münter (1877-1962), una de las figuras más influyentes del expresionismo alemán y cofundadora del grupo El Jinete Azul (Der Blaue Reiter).

Esta es la primera vez que España presenta una exposición monográfica de Münter, quien destacó por su capacidad para capturar la esencia de personas, paisajes y objetos cotidianos con líneas precisas y colores vibrantes y desde Vip Style Magazine, no podemos dejar de recomendar esta experiencia única en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

La exposición dedicada a Gabriele Münter no sólo es un viaje al corazón del expresionismo alemán, sino también una ventana al mundo íntimo y revolucionario de una artista que supo redefinir el arte moderno. Sus obras, impregnadas de sensibilidad y audacia, son el reflejo de una mente que desafió las barreras culturales de su época. Ver sus pinturas en persona, con sus intensos colores y trazos precisos, es una experiencia que sobrecoge e inspira, por eso, si vives en Madrid o tienes la oportunidad de pasar por la capital, no puedes perdértela.

A través de más de un centenar de obras, la exposición propone un recorrido fascinante por la vida y obra de una artista que supo capturar con aguda sensibilidad la esencia de lo cotidiano, al tiempo que rompía las barreras impuestas a las mujeres de su época.

La muestra reúne más de 145 obras, incluyendo pinturas, grabados, dibujos y fotografías. Ofrece un recorrido cronológico y temático que explora tanto sus primeros trabajos como fotógrafa amateur como sus grandes obras maestras creadas durante su relación con Wassily Kandinsky y su participación en los movimientos de vanguardia. Además, se detiene en períodos clave de su vida, como su exilio en Escandinavia durante la Primera Guerra Mundial y su regreso a Alemania, donde continuó explorando nuevos estilos y técnicas.

Gabriele Münter
Señora escribiendo en un sillón (Estenografía: Mujer suiza en pijama)

Un Viaje Íntimo a Través de la Mirada de Münter

Con su estilo único de líneas precisas y colores intensos, Münter transporta al espectador a su mundo privado, donde personas cercanas, objetos cotidianos y paisajes se convierten en protagonistas. La exposición revela cómo la artista destilaba cada escena hasta su esencia más pura, logrando un equilibrio entre la sencillez y la profundidad emocional.

La muestra incluye pinturas, dibujos, grabados y fotografías que ofrecen una visión integral de su trayectoria artística. Desde sus primeros pasos como fotógrafa amateur —una práctica que le permitió experimentar con la modernidad y los encuadres innovadores— hasta sus obras más reconocidas del periodo de El Jinete Azul, cada etapa de su vida queda reflejada en un rico recorrido cronológico-temático.

La exposición se complementa con actividades como visitas guiadas, conferencias y talleres que profundizan en la vida y obra de Münter, además de un ciclo de cine inspirado en su época y su círculo artístico.

Foto: Paleta de Gabriele Münter

Una artista más allá de las limitaciones

Gabriele Münter no sólo destacó por su arte, sino también por su desafío a las normas de su tiempo. Su trabajo, impregnado de una profunda introspección y experimentación, cuestiona las barreras impuestas a las mujeres artistas en el siglo XX. A través de esta retrospectiva, el museo busca reivindicar su legado y ofrecer al público una visión completa de su trayectoria y su impacto en el arte moderno.

Las Etapas Clave de una Trayectoria Revolucionaria

La exposición está dividida en varias salas.

Reflejos y sombras

La exposición inicia con una sala dedicada a los autorretratos que Gabriele Münter realizó a lo largo de su carrera, en especial entre 1908 y 1914, periodo clave de su participación en el movimiento expresionista en Múnich. Junto a estos se incluyen fotografías en las que aparece su sombra proyectada, una técnica que utilizaba para incluirse en la composición. Este recurso también se observa en algunas de sus pinturas, como Paseo en barca (1910) o Desayuno de los pájaros (1934), donde se representa de espaldas en primer plano.

Desayuno de los pájaros

Comienzos en blanco y negro

Entre 1898 y 1900, Münter viajó por Estados Unidos, país donde sus padres, emigrantes retornados a Alemania tras la Guerra Civil, se conocieron y casaron. Durante esos dos años, convivió con familiares maternos en diversas localidades, documentando sus impresiones en cuadernos. En 1899 recibió una cámara Kodak portátil, que marcó un hito en su trayectoria al explorar la fotografía como complemento a su faceta de dibujante.

La muestra incluye 20 de las más de 400 fotografías que tomó en ese viaje, piezas destacadas tanto por su calidad como por su impacto en su evolución artística. Estas imágenes abordan temas que posteriormente explorarían sus pinturas, como paisajes, vistas urbanas, interiores y escenas de trabajo. Asimismo, reflejan su interés por captar momentos efímeros y trabajar en series, con una mirada analítica que estructuraba el espacio mediante líneas simples, una característica que define su obra pictórica.

Aire libre

Al regresar a Alemania en 1901, Münter inició su formación artística en Múnich, uniéndose en 1902 a la escuela Phalanx, dirigida por Kandinsky. Este encuentro fue crucial para que se dedicara plenamente a la pintura, dejando atrás su interés inicial por la escultura. Entre 1902 y 1903, participó en campañas pictóricas en zonas rurales de Baviera, donde creó sus primeros óleos. Entre 1904 y 1908, viajó por Europa y el norte de África junto a Kandinsky, viviendo en París durante un año. Allí, ambos se empaparon del arte de Gauguin, Van Gogh y los fauvistas como Matisse. Durante estos viajes, combinó la pintura al aire libre con la fotografía, fusionando ambas disciplinas en obras que reflejan una influencia del impresionismo tardío, con mayor énfasis en los volúmenes que en los efectos atmosféricos.

Kandinsky tumbado entre dos sillas de jardín delante de la casa de Münter en Murnau, hacia 1909.

El descubrimiento de Murnau

En el verano de 1908, Münter visitó Murnau junto a Kandinsky y la pareja Jawlensky-Werefkin, iniciando una etapa de intensa colaboración que sentó las bases del expresionismo en el sur de Alemania. Fue un periodo creativo marcado por debates sobre arte y un cambio estilístico hacia composiciones más fluidas y coloridas, dejando atrás pinceladas densas. En 1909 adquirió una casa en Murnau, que se convirtió en su refugio personal y epicentro de la vanguardia artística alemana.

Kandinsky y Erma Bossi sentados a la mesa, 1909-1910

Personas

Münter veía el retrato como una de las tareas más desafiantes para un artista. Desde sus primeros apuntes y fotografías, mostró interés por retratar mujeres y niños, destacando por su habilidad para simplificar las composiciones sin perder la fidelidad al parecido físico. Tras su cambio estilístico en Murnau, sus retratos se caracterizan por colores vivos, formas simplificadas y contornos oscuros. Retrataba principalmente a personas de su entorno, primero sobre fondos neutros y luego integrándolas en escenas de género, ambientadas en interiores o en diálogo con objetos.

Interiores y objetos

Entre 1909 y 1914, Münter dividió su tiempo entre Múnich y su casa en Murnau, que se convirtió en un tema recurrente en sus obras. Inspirada por la vida rural y la conexión con la naturaleza, adoptó la técnica local de pintura sobre vidrio, fascinada por su simplicidad formal y expresividad cromática. Este estilo influyó en sus naturalezas muertas, donde los objetos devocionales adquirían una dimensión espiritual. Münter no solo coleccionó estas piezas populares, sino que también experimentó con esta técnica, siendo pionera en el grupo en crear sus propias obras sobre cristal.

Sala de estar en Murnau (Interior), hacia 1910

La amazona azul

Desde 1909, Münter participó activamente en la Nueva Asociación de Artistas de Múnich y en las exposiciones de El Jinete Azul a partir de 1911. Sus fotografías documentan su papel en el grupo y reflejan su comprensión de la importancia de registrar visualmente estos eventos. Compartía con sus compañeros el interés por la cultura popular europea y el arte de otras tradiciones, adoptando un proceso de «desaprendizaje» para desarrollar un estilo genuino e individual. Aunque principalmente figurativa, ocasionalmente exploró la abstracción.

Exilio en Escandinavia

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Münter se refugió en Suecia, donde permaneció hasta 1920. Allí fue reconocida como una figura clave de la vanguardia internacional, adoptando influencias del expresionismo decorativo local. Durante este periodo pintó paisajes narrativos y realizó retratos por encargo, además de retratos simbólicos que exploraban estados emocionales, renovando su interés por la figura humana y especialmente por las mujeres.

Vida nómada

De regreso en Alemania en 1920, Münter se encontró con un panorama artístico transformado y un círculo social desintegrado. Sin un domicilio fijo, se dedicó al dibujo y retrató mujeres emancipadas de su entorno. En 1925, se trasladó a Berlín, donde se relacionó con el arte de la Nueva Objetividad, caracterizado por una paleta reducida y la ausencia de pinceladas visibles, aunque sin adoptar su carga de crítica social.

Regreso a Murnau

En 1931, Münter regresó definitivamente a su casa en Murnau, retomando los paisajes y escenas de su entorno. Durante el Tercer Reich, redujo su exposición pública, pero el final de la guerra marcó un resurgir de su figura con numerosas exhibiciones. En 1957, donó al museo Lenbachhaus una valiosa colección de obras propias y de El Jinete Azul, consolidando su legado como referente del movimiento.

Actividades complementarias

La exposición se complementa con actividades como visitas guiadas, conferencias y talleres que profundizan en la vida y obra de Münter, además de un ciclo de cine inspirado en su época y su círculo artístico. Estas iniciativas permiten al visitante sumergirse plenamente en el universo expresionista que definió su carrera.

Este proyecto es fruto de una colaboración internacional con la Fundación Gabriele Münter y Johannes Eichner, así como con instituciones como la Städtische Galerie am Lenbachhaus de Múnich. Tras su paso por Madrid, la exposición viajará al Musée d’Art Moderne de París, consolidando su relevancia en el panorama artístico europeo.

Para más información, consulta la página oficial del Museo Thyssen-Bornemisza: museothyssen.org

Esta exposición es una oportunidad única para descubrir a una artista que desafió los límites de su tiempo y transformó su mirada en un legado artístico de alcance universal. Con su innovadora capacidad de adaptación y su incansable deseo de experimentar, Münter demuestra que el arte puede ser una herramienta poderosa para explorar la identidad y desafiar las normas.

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