Entrevistamos a Espido Freire

Entrevista por Tamara Sánchez

Con su lucidez habitual, Espido Freire nos invita a redescubrir a Jane Austen desde una mirada íntima, apasionada y profundamente literaria. En esta conversación con Vip Style Magazine, la escritora nos habla de Dos tardes con Jane Austen, su nuevo libro publicado por Alianza Editorial, en el que traza un retrato tan preciso como emotivo de una de las autoras más influyentes de la literatura universal. A través de sus palabras, viajamos por los escenarios reales y emocionales que conectan a dos mujeres, dos tiempos y una misma vocación: narrar con inteligencia, sensibilidad y fidelidad a una misma.

Espido Freire nació en Bilbao y desde muy joven mostró una inclinación natural hacia las letras y la música. A los 25 años se convirtió en la autora más joven en ganar el prestigioso Premio Planeta con su novela Melocotones helados, lo que marcó el inicio de una carrera literaria sólida y reconocida. Licenciada en Filología Inglesa y especializada en Literatura Comparada, su obra abarca novela, ensayo, poesía y literatura juvenil, siendo traducida a múltiples idiomas y galardonada en diversas ocasiones. Además de escritora, Espido es una activa conferenciante, profesora y colaboradora habitual en medios de comunicación, donde reflexiona sobre literatura, feminismo, historia y sociedad. Su interés por el bienestar emocional y el desarrollo personal la ha llevado también a escribir sobre crecimiento interior y a liderar talleres de escritura terapéutica. Con una comunidad fiel que la sigue tanto en redes sociales como en sus viajes literarios —como los organizados junto a GRAND Azulmarino—, Espido Freire continúa demostrando que la literatura puede ser, además de arte, una forma de acompañamiento vital.

P. Espido, muchas gracias por tu tiempo. Para comenzar, ¿qué te llevó a escribir Dos tardes con Jane Austen? ¿Cuál fue el punto de partida emocional o literario que te conectó con ella?

R. En realidad fue una invitación, Dos tardes con Jane Austen pertenece a una colección nueva que ha lanzado Alianza, cuyo eje es dos tardes con un autor, un autor famoso, un autor conocido, un autor relevante. De hecho, vamos a tener a Joseph Roth, vamos a tener a Frank Kafka y la última, o la primera, según se mire, es Jane Austen. Para mí era muy fácil hablar de Jane Austen después de haberle dedicado tantas horas, tantos viajes y también varios libros, de forma que la dificultad se encontraba en resumirlo solo en dos tardes y que en esas dos tardes, en ese aperitivo, destilaran todo el encanto, toda la fuerza y toda la capacidad narrativa que puede tener esta autora.

La dificultad estaba en resumir a Jane Austen en solo dos tardes y que en ese aperitivo destilara todo su encanto, su fuerza y su capacidad narrativa..
— Espido Freire

P. Jane Austen ha sido leída y reinterpretada durante más de dos siglos. En tu opinión, ¿qué elementos de su obra la hacen tan vigente hoy en día?

R. Han sido 250 años desde su nacimiento para desarrollar, entender, en algunos casos malinterpretar y en otros acercarnos a la obra de Jane Austen, y sin embargo continúa tan fresca como el primer día. De hecho, a veces más, porque elementos que en su época se consideraban de determinada manera, ahora los hemos convertido en alegatos de nuestra propia contemporaneidad y de nuestro propio momento. ¿Qué hace que Jane Austen continúe estando vigente? Su ironía, su sentido del humor, su capacidad de rebelión, su psicología, su tratamiento de las virtudes humanas y sobre todo de los defectos y la fe en que nuestra capacidad de cambiar nos llevará a la felicidad.

Hay muchas cosas que han cambiado para las mujeres, pero también hay resoluciones vitales que siguen siendo las mismas desde la época de Austen.
— Espido Freire

P. ¿Hubo algún lugar o momento en el proceso del libro que te hizo sentir particularmente cercana a ella?

R. Yo llevo muchos años yendo a Inglaterra y muchos para encontrarme o reencontrarme con Jane Austen, con las hermanas Bronte, con el rey Arturo, con Shakespeare y por lo tanto cada pocos años ese lugar favorito cambia, también cambio yo, me voy haciendo mayor, entiendo por lo tanto cosas que me pasaban más inadvertidas en los libros hace algún tiempo. Me sigue conmoviendo el pequeño detalle, la casa, el diccionario que usaba, el abecedario bordado que se conserva junto a su cama en su casa, me conmueve el pensar que estamos recorriendo literalmente los pasos desde la iglesia donde su hermano predicaba a su casa que ella misma siguió en tantas ocasiones y me conmueve mucho la tumba de la madre y de la hermana, el hecho de que ellas estén allí y de que ella esté en Winchester solita aunque acompañada de todos los lectores que vamos a verla.

P. Tu obra ha tocado a lo largo de los años muchos temas que también aparecen en Austen: la independencia femenina, los vínculos familiares, las tensiones sociales… ¿Sientes un espejo entre tu escritura y la suya?

R. Me da la impresión de que a veces asociamos a unas autoras con otras autoras y sus temas también con los de otras autoras, olvidando que los autores hombres también se han ocupado de la sociedad, de las intrigas, de los romances, de los amores quizás con otra mirada, sobre todo en el siglo XVIII, en el siglo XIX, parte del XX, pero en el momento actual con unas diferencias menores basadas principalmente en una cuestión de gustos. En mi caso he estudiado mucho a Jane Austen pero no es una autora que me haya influido a un nivel directo en la obra, en aquello que yo escribo, para mí es esencial hablar del aspecto más oscuro del ser humano y Jane trabajaba con la sátira, otra manera de acercarse a lo negativo, a lo oscuro, incluso en ocasiones a lo prohibido a nivel social. He buscado mi camino y en ese camino está Jane Austen, pero no es una parada obligatoria.

P. ¿Cómo ha sido el proceso de colaborar con GRAND Azulmarino en esta propuesta que une literatura y viaje? ¿Qué pueden esperar los viajeros de esta experiencia?

R. Creo que cada persona que se quiera sumar a esta colaboración, a este conjunto, a esta especie de pareja imaginaria, pero muy real entre el viaje y la literatura; va a encontrar aquí una serie de cómplices importantes. Para empezar, va a encontrar la sensación de que la literatura no vuelve a ser la misma. La novela que lee, si lo hace después del viaje, no va a ser la misma. Y el viaje que hace, si lo hace acompañado de una novela, tampoco lo va a ser. Y para mí, además, hay un concepto que es muy vago pero que creo que todo el mundo entiende, que es la pasión. Estos viajes, estos libros, el acompañamiento que yo llevo a cabo y con todo el equipo de Gran Azul Marino, no se entiende sin la pasión con la que me dedico, con la que me entrego a este tipo de cosas y a la que me animan en algunas ocasiones de una forma un poco loca a que continúe dando paso tras paso.

P. ¿Hay alguna lección o pensamiento de Austen que sientas particularmente necesario en el mundo de hoy, quizás en relación con el modo en que las mujeres construyen su identidad o buscan su lugar en la sociedad?

R. Creo que una de las lecciones principales que a día de hoy podemos seguir extrayendo de Jane Austen tiene que ver con la fidelidad a una misma o a uno mismo, pero muy especialmente a una misma. Y con la recompensa que de una forma o de otra se consigue si eso se lleva a cabo casi hasta el final. Incluso frente a la sociedad, frente a las presiones o frente a lo que en su momento se esperaba de una persona, de una mujer en concreto, con sus protagonistas y lo que se espera ahora de nosotras, de lo que se espera en cuanto a aspecto físico, en cuanto a comportamiento, en cuanto a nuestro trato familiar, en cuanto a los cuidados, en cuanto a lo intelectual. Es decir, hay muchos vínculos por mucho que la sociedad haya cambiado enormemente y por mucho que no estemos hablando en absoluto de los mismos retos. Hay resoluciones que son comunes y hay circunstancias vitales que prácticamente no han cambiado.

P. Por último, si pudieras compartir una taza de té con Jane Austen, ¿de qué crees que hablarías?

R. Si pudiera compartir una taza de té con Miss Austen, con Jane Austen, y eso implicaría que le apeteciera tomarla conmigo. No sé de qué hablaríamos. Posiblemente yo intentaría llevar la conversación hacia la literatura y particularmente hacia el teatro. Intentaría que habláramos de algo en lo que ella se sentía especialmente cómoda, como por ejemplo era la poesía o las nuevas novelas que en aquellos momentos estaba publicando Walter Scott. Intentaría estar a la altura de la conversación.