Entrevista a Marià Casals
Marià Casals (Gironella, 1994) se define a sí mismo como un chico sencillo de pueblo al que le encanta vivir en el campo y pasar tiempo con sus amigos de siempre. Con esta descripción cualquiera podría pasar por alto que tiene más de medio millón de seguidores en las redes sociales y que acaba de tener su primer papel importante en el film, A través de mi ventana, “aunque es un papel secundario, interpreto al mejor amigo del protagonista”, explica el actor con palabras humildes. Como si aparecer en una producción de Netflix no fuera gran cosa…
Una humildad que se refleja en el resto de la entrevista y que muestra los valores con los que ha sido educado y ha vivido toda su vida.
“Mis padres son gente trabajadora, amable, divertida y empática. Creo que me han transmitido siempre unos valores increíbles”.
A pesar del glamour que transmiten sus redes sociales, Marià Casals ha sido lo que se conoce como un “currante” desde muy jovencito. Mientras estudiaba empezó trabajando como repartidor de pizzas, camarero y también soldador. No fue hasta más tarde cuando su carisma, su trabajo (y también su cara bonita) enamoraron a sus cientos de miles de seguidores en Instagram. Gracias a ello, ha podido combinar sus grandes pasiones: la interpretación y el diseño de mobiliario rústico.
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¿Qué fue antes, el influencer o el soldador/diseñador de muebles?
Primero empecé trabajando y aprendiendo el oficio en la empresa familiar, mientras terminaba un grado superior de diseño y fabricación mecánica.
Al cabo de unos años, cuando empecé a tener más actividad en redes y vi la oportunidad de descubrir otro modo de vida (al menos durante un tiempo), no tardé en darme cuenta que compaginar ambas cosas me haría muy feliz. Gracias a ello, (y también un poco gracias a la pandemia) empecé a diseñar pequeñas piezas durante el confinamiento y a mostrarlas a mis seguidores.
¿Cómo surgió Weld On y qué te inspira a crear los muebles?
La idea de Weld On surgió a finales de 2019, cuando me mudé a vivir solo en mi actual piso. Recuerdo que no tenía ni un mueble y mi primera idea fue ir a Ikea. Me hacía mucha ilusión amueblar la casa pero en la tienda me pareció todo muy típico. Allí pensé: ¡pero si soy soldador! ¿Qué me impide hacerme mis propios muebles? Entonces empecé a buscar ese estilo nórdico en páginas como Pinterest para buscar inspiración y me lancé a ello.
Hice el primero y me encantó. Lo subí a Instagram y tuvo una acogida brutal. Fue entonces cuando me di cuenta de que esto podía llegar más lejos. Soñé con la idea aparentemente «imposible» de crear una empresa propia y allí empezó todo. Proyecté eso en mi mente y desde entonces no he parado.
¿Recuerdas el primer mueble que creaste? ¿Y el primero que vendiste?
El primer mueble que hice fue una mesita de noche que tengo en mi habitación. Más tarde la bauticé como «Tulum», ya que a los primeros muebles que hice les puse nombres de ciudades donde he podido viajar. Le tengo un cariño brutal, nunca la vendería.
El primer mueble que vendí en realidad no fue un mueble como tal, fue una pérgola que instalé en la terraza del primo de mi mejor amigo. Ahora se puede proteger del sol en verano (risas).
¿Qué premisa marca el rumbo de tu vida, la que guía tus decisiones? ¿En las RRSS sigues la misma filosofía?
Las ganas de avanzar y mejorar continuamente es lo que me mantiene en marcha. Tengo muchas inquietudes y, a veces, incluso me faltan horas al día. Me encanta retarme a mí mismo y superarme una y otra vez. Me siento realizado cuando lo consigo. A parte, me gusta arriesgarme y, sobre todo, aprender de los errores que voy cometiendo.
Las RRSS son prácticamente mi vida, así que podríamos decir que sigo allí la misma filosofía.
¿Cuál es tu relación con las redes sociales y cómo llega uno a vivir de ello?
Mi relación con las redes es prácticamente diaria. Mi trabajo consiste en enseñar lo que hago. Aunque no todo, uno siempre elige hasta dónde. Yo, por ejemplo, muestro diferentes outfits, cosas relacionadas con la moda, viajes o el lifestyle. Aunque en esta etapa de mi vida para mí es primordial enseñar fotos y vídeos de todo el proceso de creación de mis muebles. Pienso que hacer algo así es interesante para atraer un público.
Uno llega a vivir de esto cuando empieza a ser seguido y las marcas se interesan en promocionar sus productos. Al final funcionamos un poco como un “escaparate”, y aquí cada uno decide el estilo y la forma de hacerlo.
¿Qué implica ser influencer? ¿Es todo tan bonito y sencillo como parece?
Volviendo a lo que hablábamos antes, ser influencer implica vivir bastante pegado al teléfono, porque al fin y al cabo somos creadores de contenido. A mí, personalmente, es un trabajo que me encanta, porque me da la libertad de vivir y organizarme como quiero. Pero como todo, también tiene sus cosas malas.
Desde que me dedico a las redes he pasado por muchas etapas distintas, tanto buenas como malas, y en algunas ocasiones no ha sido bonito. Llegó a generarme mucha ansiedad y miedo a ser expuesto, entre otras cosas.
Un consejo de tus padres que siempre tienes presente.
Realmente mis padres nunca se sentaron a darme un consejo como tal, pero su forma de educarme día a día o corregirme desde pequeño siempre ha bastado.
Toda mi vida les he visto levantarse muy temprano y llegar tarde y cansados de trabajar. Al verles siempre he tenido la sensación de que tenía que hacer lo mismo, que nadie te regala nada si no trabajas duro y que hay que ser muy constante.
A parte de eso son gente amable, divertida y empática. Creo que me han transmitido siempre unos valores increíbles. Mis padres son un pilar en mi vida y les estoy inmensamente agradecido. Los admiro.
