Entrevista a Laura Sánchez

Laura Sánchez (Gross-Gerau, 1981) nació en Alemania pero creció en el corazón de la sierra de Huelva. Sus primeros pinitos en el mundo del modelaje fueron con tan solo 17 años, y al poco tiempo, ya trabaja con grandes marcas en París. A pesar de sus incontables éxitos, Laura se considera una mujer fuerte, alegre y tranquila, que disfruta de las pequeñas cosas de la vida con una sonrisa permanente en sus labios.
Una sonrisa que ha aparecido en cientos de medios y campañas, convirtiéndola en la «Julia Roberts» española. Y una sonrisa que hemos podido sentir incluso a través del teléfono, en una llamada en la que pudimos charlar acerca de sus proyectos y su labor al frente de su marca, Bloomers.
Modelo, actriz, presentadora, directora creativa, mamá y mujer. ¿Cómo te definirías a ti misma y cuál de estas facetas tiene un mayor peso en la actualidad?
Yo me definiría como una mujer bastante curiosa. Me gusta mucho aprender de todo y experimentarlo todo. Eso me ha llevado a tener, sobre todo laboralmente, muchas facetas. Actualmente yo diría que a nivel creativo y laboral, las facetas que más estoy exprimiendo (y disfrutando) son las de directora creativa en mi marca de moda, Bloomers, y la directora de Go Eventos, mi agencia de organización de eventos en Sevilla.

Tenemos constancia de que fuiste una niña movida y traviesa ¿Qué recuerdos tienes de tu infancia y cómo lo compaginaste con el modelaje?
Yo tuve una infancia muy sana. Fui una niña de campo, me crie en un pueblo muy pequeñito en la sierra de Huelva y ya luego sí que me fui a estudiar a Huelva capital. Pero yo tengo el recuerdo de una infancia feliz, sana, de ir en bicicleta por el campo… Muy de los 80, al estilo Verano azul. La recuerdo, sobre todo, muy llena.
Mis principios en el modelaje llegaron cuando tenía 17, ya era adolescente. Pero desde mucho antes siempre fui una “busca vidas” y me gustaba tener mi dinerito para gastar en mis cosas. Como nunca tuve paga, hacía de todo: limpiar coches, cuidar niños, cortar el césped… Sobre todo de mujeres mayores, que eran las que me daban más propina (risas).
¿Cómo viviste el éxito de ser modelo desde muy joven?
Pues era muy jovencita y lo viví desde la inconsciencia. Y desde la ignorancia de lo que estaba haciendo.
Mi hermano es cinco años mayor que yo y ya había hecho un curso de modelo, pero vio que no era lo suyo. Pero cuando se dieron cuenta de que yo con 15 años ya medía 1.80cm, supieron ver en mí el perfil que encajaría en las agencias.
A mí nunca me había interesado la moda, era cero femenina y, de hecho, nunca me había puesto una falda. La primera vez que enseñé mis piernas fue trabajando como modelo.
Me apuntaron al curso de modelo y pensaron que quizás podría sacarme algún dinerito si me salía algún desfile para un centro comercial… Todo fue saliendo poco a poco, sin ningún tipo de pensamiento previo. Y, claro, lo del desfile del centro comercial se nos fue de las manos en 6 meses, cuando ya vivía en París.
Este año Bloomers celebra su 10º aniversario. Explícanos sus inicios, ¿Cómo surge la idea y cómo ha evolucionado?
Durante muchos años siempre tuve colgado el «San Benito” de la antimodelo, porque nunca seguí las tendencias ni los estándares del mundo de la moda. Tampoco tuve nunca la ambición de llegar a convertirme en una super modelo. Sí me gustaba trabajar y disfrutaba mucho de las nuevas oportunidades que surgían, los viajes…
Siempre digo que la mía ha sido una carrera muy calmada emocionalmente. Nunca me puse metas a mí misma, me dejaba llevar y vi que todo iba saliendo a su debido tiempo.

Pero el mundo de la moda es todo un arte y con muchas ramificaciones (el diseño, el estilismo, la fotografía…) y, sin querer, fui aprendiendo de los más grandes. Y hace justo 11 años empezó a interesarme mucho todo lo que era la moda de baño y el beach wear. A mí siempre me ha gustado mucho la playa, pero nunca acababa de encontrar prendas que me gustaran o con las que me sintiera cómoda.
Así que decidí lanzarme a la piscina y diseñarla yo. Como ves, fue una decisión práctica, muy en línea de como soy yo.
¿Cómo es la mujer que viste Bloomers?
Creo que es una mujer muy como yo, espiritualmente. Porque ninguna mujer es igual y ningún cuerpo es igual, y por eso no creo tanto en los estándares de la moda y sus cuerpos perfectos. Pero creo que la mujer Bloomers es la que busca algo distinto a lo que se encuentra en el gran mercado.

En mi mente, tengo la imagen de Marilyn Monroe pasando por encima de una alcantarilla, y que cuando se le levanta la falda, está vistiendo una prenda de Bloomers. Y la luce orgullosa, teniendo la talla que tenga.
En la línea íntima de Bloomers y también como mujer, ¿Qué requisitos buscas en la ropa interior?
Soy una mujer muy práctica y en mi cajón de la ropa interior tengo un solo sujetador nude con aro para trabajar. Y no hay más encorsetamientos en mi mundo de la ropa interior. Y con Bloomers quise buscar lo mismo: tejidos que no dejaran marca, sin aros, sin ballena…
Yo misma soy usuaria de mi propia ropa y, si me desnudaras, verías que llevo braguitas y sujetador de Bloomers. Como dice el dicho: en casa de herrero, cuchara de palo. Me acabo quedando siempre con las muestras, con prendas que tienen que testarse antes de salir al mercado… Porque quiero ser un testimonio real de mi marca.
En esta última colección spring-summer 2022 ha incluido materiales reciclados. ¿Cómo vives, personalmente, la crisis medioambiental y cuáles crees que son los pasos que debe hacer el mundo de la moda?
Creo que toda colección y toda marca debería realizarse con materiales reciclados. Pero también soy muy partidaria de dar una segunda vida a las prendas. Y, sobre todo, tener prendas de calidad y no solo de temporada. Creo que, a día de hoy, es la única manera para solucionar el problema medioambiental que tenemos.
Por otro lado, para mí es muy importante saber dónde se producen las prendas de mi marca. Todas las prendas de Bloomers se producen de inicio a fin en Portugal, en fábricas y talleres que he podido ver personalmente. Por supuesto, este proceso sería mucho más económico para nosotros si se llevara a cabo en países como China o Marruecos, pero no comulga con mi forma de ver la vida.

¿Qué otros caminos te gustaría explorar dentro de tu profesión?
Pues he tocado, la comunicación (tanto en TV como en radio) he tocado la interpretación… Pero tampoco quiero forzar talentos que no tengo, como es cantar. Con 40 años sigo teniendo la mentalidad que tuve cuando empecé en el mundo de la moda: no forzarme, no ponerme metas imposibles e ir aprovechando las oportunidades que me va brindando la vida, que son muchas.
VSM tiene una plataforma social desde donde ayudamos a niños y niñas en riesgo de exclusión. ¿Con qué causas te sientes más comprometida?
Ahora mismo con la diabetes. Porque desde hace un año la padezco y la verdad es que me he visto tan desinformada que creo que hay trabajar en ello. Me pongo en la piel de aquellos niños que son diagnosticados con diabetes a una edad temprana y rápido se les dice que no pueden comer chuches, dulces… Creo que es cruel porque esta información no es correcta.
También es cierto que hay muchos países a los que no llegan materiales y tratamientos como son la insulina y otros fármacos, donde la diabetes se acaba convirtiendo en algo mucho más peligroso de lo que puede ser si se trata a tiempo y correctamente.

Test a Laura Sánchez
- ¿Qué talento te gustaría tener? Cantar
- ¿Cuál consideras que es la virtud más sobrevalorada? Mi gran capacidad laboral
- Si no hubieras sido modelo, ¿Qué crees que serías? Veterinaria vacuna
- ¿Cuál es el defecto que más odias de ti misma? La pereza mañanera
- ¿Y de los demás? La impuntualidad y el poco sentido común
- ¿Cuál es tu mayor extravagancia? Cuando estoy muy, muy contenta, me gusta andar desnuda por casa
- ¿A quién consideras un héroe? A todos los sanitarios de estos últimos dos años
- ¿Y un villano? Ahora mismo a Putin
- ¿Cuál es tu posesión más preciada? Mi tiempo
- ¿Cuál es tu lema? ¡Vive ahora!