El regalo más sorprendente de una empresaria a su equipo en Navidad

Sara Blakely es la artífice de Spanx y no hace mucho que se emocionó intensamente al contar a sus empleados el objetivo que un día escribió en su diario. Estaban de celebración y les contó que, cuando creó su empresa, tuvo la firme creencia de que llegaría a valer 20 millones de dólares. Por aquel entonces, las personas no creían que fuera posible y se rieron de aquel pensamiento que hoy se ha convertido en real y auténtico.
Los orígenes de la compañía se remontan a 1998, pero solo tardó dos años en encontrar la fábrica que le produjera su producto en masa, llegando a realizar su primera venta al por mayor al poco tiempo.
Tras más de 20 años formando parte del mercado, su fundadora tuvo la suerte de anunciar la venta y unión con Blackstone. ¿Sabes qué se le ocurrió para celebrar la buena noticia?
Alucina con el regalo sorprendente de esta empresaria
Sara Blakely está convencida de que es un buen momento para las mujeres que desean emprender un negocio, aunque poco más de un 2% de las inversiones se destinen a las compañías que son lideradas por ellas.
Blakey es una mujer luchadora que se abrió camino en el mundo de los negocios con una firma conocida en todo el mundo como es Spanx. Todo surgió de forma espontánea, cuando se percató de que no contaba con la ropa interior adecuada para lucir un pantalón blanco. Sin embargo, tuvo una idea y cortó unas medias para salir a la calle tal y como había previsto. De ese modo, a través de su necesidad nació su empresa.
Su proyecto llegó tan lejos, que en el año 2000 tuvo lugar la producción masiva de sus productos, posicionándose en la lista de cosas favoritas de Oprah Winfrey. Esto no hizo más que catapultar su negocio y las celebrities comenzaron a utilizar los diseños Spanx. El éxito fue tan apabullante, que pasados 12 años, se convirtió en la mujer billonaria más joven según Forbes.
Pues bien, para celebrar todo lo conseguido hasta el momento y todo lo que está por venir, Sara Blakely quiso tener un detalle muy especial con sus empleados, y no se le ocurrió otra cosa que regalar a cada uno de ellos dos billetes de avión en primera clase con la friolera de 10.000 dólares para que pudieran gastar cuanto quisieran durante el viaje.
Es así como, a fuerza de mucha constancia, fuerza y lucha, esta visionaria se convirtió en un ejemplo a seguir, dejando sorprendidos a todos sus trabajadores por este gran detalle en agradecimiento por todo lo obtenido.