El eterno joyero de la princesa Diana

Se reconoce a una verdadera influencer cuando triunfa en las redes sociales sin ni siquiera haber convivido con ellas. La princesa Diana fue un icono de la moda entre sus coetáneas, pero lo sigue siendo todavía para aquel público millennial que encuentra en ella la inspiración que necesita para estar siempre impecable. Lo cierto es que, como buena prescriptora de moda, su estilismo sufrió una gran evolución a lo largo de su vida. A principios de los 80 sus looks eran tímidos y angelicales, mientras que en sus últimas apariciones, a finales de los 90, sus puestas en escena fueron mucho más atrevidas y confiadas. Y eso no solo lo transmiten sus elecciones de vestuario, sino las joyas y los accesorios que la acompañaron hasta el final de sus días. Por eso hoy nos sumergimos en su ya legendario joyero, para rememorar la historia que se esconde detrás de sus joyas más icónicas. 

Las piedras preciosas, al igual que las flores, tienen un simbolismo difícil de obviar. Por eso no es de extrañar que las historias y las anécdotas que guardan las joyas de la princesa de Gales sigan tan vigentes como en su día. Así se construyó una de las colecciones de joyas más preciadas del mundo, con un remarcable significado que potencia el valor de cada una de sus piezas. Veamos por qué el estilo de Diana entusiasmó tanto a las mujeres de su época y por qué las contemporáneas encuentran en ella un referente a seguir. 

Los zafiros de la princesa Diana

No hay que ser un entendido en la materia para que al ver un zafiro te venga a la mente directamente la imagen de Lady Di. Esta piedra preciosa estuvo presente en muchas de las joyas que la princesa llevó reiteradamente a lo largo de su vida. Sin embargo, la más famosa de todas es su anillo de compromiso. Se trata de una pieza formada por un zafiro de 18 quilates rodeado por 14 diamantes. En anillo hace juego con unos pendientes, también zafiros azules, rodeados por otros 10 diamantes cada uno. Finalmente, el conjunto se completó con un gran zafiro azul que la Reina Madre regaló a Diana como regalo de bodas. Una piedra que primero lució como broche, luego como colgante y, en los últimos años, en una gargantilla de perlas. 

A día de hoy, a pesar de que todo el mundo lo conoce como el anillo de Lady Di, lo viste Kate Middleton. La joven recibió la joya al prometerse en matrimonio con el príncipe William, a pesar de que el anillo pertenecía al príncipe Harry. Lo cierto es que el pequeño de los hermanos escogió esta pieza como recuerdo tras morir su madre, pero se lo cedió a su hermano mayor al ser él el primero en casarse. 

Aguamarina, símbolo de la independencia

Es la otra gran piedra preciosa asociada con la vida de la princesa Diana. Su anillo de aguamarina no fue un regalo, pero sin embargo es una de sus piezas más especiales y personales. En 1996 los príncipes de Gales anunciaron su divorcio y, tras el escándalo más sonado de la monarquía inglesa, Diana encargó esa joya como símbolo de independencia y de nuevos comienzos. Quizás por eso, fue la elección de Meghan Markle en su compromiso con el príncipe Harry. Toda una declaración de intenciones feministas por parte de la actriz en su entrada en la casa real. 

Gargantilla con inicial

Siendo una de las joyas más antiguas de la colección de Lady Di, es una de las que más relevancia tiene en la actualidad. Se trata de la gargantilla con su inicial, una que ya lucía antes de conocer al príncipe Carlos y que siguió llevando tras su divorcio. Toda una iniciadora de tendencias, teniendo en cuenta que las joyas y los accesorios con iniciales son trending topic en las redes sociales. 

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