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Dos ácidos exfoliantes que vas a querer en tu rutina: el láctico y el lactobiónico

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La principal función de ambos es exfoliar la piel, pero cada uno aporta otros beneficios extra.

Los productos exfoliantes están entre nuestros favoritos, sobre todo tras una época de excesos en la que sentimos la piel apagada. Pero cada exfoliante es un mundo, ya que incluyen diferentes tipos de ácidos exfoliantes. Hoy hablaremos de dos de ellos que te van a encantar: el láctico y el lactobiónico. La principal función de ambos es exfoliar la piel, pero también aportan otros beneficios. Sus nombres se parecen porque tienen la misma fuente inicial: la lactasa, una enzima que se encuentra en los lácteos. Según explica Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD, para obtener cada uno de los activos se hace un proceso de fermentación. Lo que consigue es oxidar la enzima, de la que resultan varias moléculas entre las que están estos ácidos. Mireia Fernández, directora técnica de Omorovicza, aclara que las moléculas más pequeñas forman el ácido láctico y las mayores el ácido lactobiónico.

Diferencias entre el ácido láctico y el lactobiónico

Al parecer, la diferencia del tamaño de las dos moléculas es importante, ya que es lo que diferencia a estos ácidos exfoliantes. Por un lado, el ácido láctico ofrece mayor actividad exfoliante por poder penetrar más profundamente. Aun así, también requiere más período de adaptación a él, ya que pueden surgir efectos secundarios a nivel de irritación al inicio de su uso, tal y como explica Isabel Reverte, directora técnica de Ambari.

Por su parte, el ácido lactobiónico, al tener una molécula más grande, se queda más en la superficie y va ofreciendo su acción exfoliante de manera más superficial. Trabaja poco a poco y de forma más gentil con la piel, según comenta Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode. 

Principales beneficios

Partiendo de que ambos son exfoliantes, los dos trabajan eliminando las capas superficiales de células muertas de la piel. «Las células muertas se suelen quedar adheridas al tejido nuevo por unas cadenas, los queratinocitos. Los ácidos exfoliantes son unos aliados magníficos para romper esas cadenas y facilitar que la piel vieja se desprenda», comenta Estefanía Nieto, directora técnica de Medik8. «Además, ofrecen acción antioxidante en la piel y promueven la regeneración celular, pudiendo tratar signos de la edad como la hiperpigmentación o las líneas y arrugas«, añade.

Pero, más allá de ello, cada ácido tiene sus particularidades. Del ácido láctico podríamos decir que «por su bajo peso molecular, penetra más en la piel y es más activo. Actúa más rápido. Aparte, es un ácido que de por sí hidrata la piel y ayuda a que éste se auto hidrate. También es ideal para evitar brotes, puesto que equilibra los niveles de pH de la piel y favorece una correcta flora cutánea«, analiza Isabel Reverte.

Finalmente, el ácido lactobiónico, ya que su molécula es mayor, «resulta menos irritativo y es ideal para pieles más sensibles que, aunque necesitan exfoliación, requieren que se haga de forma más suave y paulatina«, determina Mireia Fernández, quien añade: «el ácido lactobiónico ayuda a mantener las fibras de colágeno en la piel y favorecer síntesis de nuevas fibras, ya que inhibe unas enzimas, las metaloproteinasas de la matriz, culpables de su degradación. Por todo esto, ayuda a las pieles a verse más uniformes, luminosas y jugosas«.

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