Dónde comer ostras en París
Epicúreos, bons vivants y amantes del gusto yodado de este sabroso manjar, os brindamos brasseries, míticos écaillers, restaurantes chic y desenfadadas barras.
Todas las épocas y excusas son buenas para comer ostras en París: festejar la Navidad, una cita romántica, un viaje de amigos, probar el happy Oyster de un nuevo local, u organizar un exquisito picnic con una bandeja de huîtres (ostras) al estilo good street-food. En resumen, eh aquí unas suculentas direcciones donde comer ostras en París.
LA LORRAINE (2 pl. des Ternes)
Desde hace un siglo la brasería La Lorraine es un clásico parisino donde acomodarse en su interior o en su nueva terraza y disfrutar de su simplicidad sofisticada. Su servicio es impecable y la decoración, repensada por Laura Gonzalez, conserva su bella esencia art déco (como nos gusta), aligerada con frescos, estampados, mosaicos de peces, paneles de caoba y taburetes de mimbre en su bar.
En esta excelente brasserie marina abren más de 180 000 huîtres, que como antaño, presentan en su banc d’écailler, representado hoy por Rabah Guechoud, campeón de Francia de écaillers. Así, gambas rosas y grises se codean con ostras Especiales de l’Impératrice de Joël Dupuch del Bassin d’Arcachon; unas delicadas Plates de Belon bretonas de Cadoret; o Especiales Saint-Vaast La Tatihou de Normandía. Además, sirven un soberbio lenguado meunière, un rodaballo asado salsa Choron… y deliciosos postres como las crêpes flambées al Grand Marnier.
PRUNIER (16 av. Victor Hugo)
En plan exquisito, la mítica institución del caviar francés Prunier, de la mano de su nuevo embajador, el reputado Yannick Alléno, chef tres estrellas por su restaurante Alléno Paris, ofrece una selección de excelentes ostras. En su sublime decoración estilo art déco, renovada recientemente, desfilan ostras Spéciales Veules-les-Roses n°3 de Normandía, Spéciales Ostra Régal n°3 de Cancale, Belon n°00 (Cadoret), o unas delicadas ostras con leche de almendra y eneldo.
Sin olvidar los clásicos de la Maison, el legendario œuf Christian Dior, o un suculento oro negro Prunier con cucharilla de nácar, o sobre blinis caseros, como lo hacía Yves Saint Laurent.
LE BARON ROUGE (1 rue Théophile Roussel)
Le Baron Rouge no promete florituras (y nos va de perlas). Es uno de esos bares que enganchan, en el que acodarse tras pasar por el mercado de Aligre, donde celebrar tu cumpleaños (porque cae bien) o porque sí. Aquí huele a vino y a madera, su decoración la forman las propias botellas y las pizarras con precios, donde al estilo de tabanco jerezano, te instalas en sus mesitas o en sus toneles, y haces amigos.
Aquí las ostras se sirven los fines de semana de mediados de septiembre a finales de abril y si quieres más, sus amables camareros con ese puntito agrio propio del personaje, preparan los preciados moluscos para llevar, y su vino Côtes du Rhône, o rosé de Tourraine… a granel. Eso sí, no aceptan reservas.
CITRONS ET HUITRES (57 bd. de Rochechouart)
Citrons et Huîtres, el bar de ostras de moda de París, en el barrio de Pigalle, acoge a modo de pescadería popular branché con un mostrador d’écailler bajo su alta cúpula y grandes ventanales sobre la efervescencia parisina.
Durante todo el año presentan las ostras como antes, en cestas y bandejas de acero, desde el aperitivo, a la parisina, hasta la noche. Provenientes del Golfe du Morbihan, criadas en el mar por Gibus, criador bretón, la Fine n°2 de la Ile aux Moines, la Spéciale con ligero sabor a avellana, y la versión haut-de-gamme, tierna y carnosa, aderezadas con limón, vinagretas y mayonesa de dashi y huevo duro, o estilo alioli. Además, sirven ceviches y carpaccios, cócteles de notas cítricas, y vinos biodinámicos y naturales de jóvenes viticultores.
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