Coronasomnia: cómo ha afectado el coronavirus a nuestra rutina de sueño
Desde la aparición del Coronavirus en nuestras vidas, hemos experimentado una gran cantidad de cambios en nuestras rutinas, nuestra salud y nuestro estado emocional.
La ansiedad y el estrés se han apoderado de muchas personas a nivel generalizado, algo de lo que alertan los expertos desde los primeros momentos de la pandemia, y esto ha afectado de una forma directa a la calidad del sueño.
A continuación queremos reparar en la “coronasonmia” o, lo que es lo mismo, las dificultades para el descanso derivadas de la situación sanitaria actual.
Cómo el coronavirus altera el sueño
El coronavirus ha traído grandes consecuencias para toda la sociedad y ha cambiado muchos hábitos. Todo ello ha sido estudiado atentamente por los expertos desde el inicio de esta pandemia que todavía convive con nosotros.
En diciembre de 2020 un grupo de investigadores llevó a cabo un análisis con datos de 55 estudios internacionales que reunieron a más de 190.000 participantes de todo el mundo. En él se llegó a estas conclusiones:
- La prevalencia del insomnio fue del 24%
- La de la depresión el 16%
- La del trastorno por estrés postraumático el 22%
- La de la ansiedad estaba en el 15%.
- Las complicaciones para descansar correctamente se duplicaban en el caso de los profesionales del sector sanitario.
Ante estos datos no es de extrañar que el consumo de tranquilizantes se haya disparado durante la pandemia del coronavirus. Nuestro país no es una excepción para esto, sino todo lo contrario: España está liderando el ranking mundial con un consumo de medicamentos legales especialmente alto destinados a combatir la ansiedad o las dificultades para descansar.
Todo ello tiene una explicación clara para los expertos. El coronavirus ha creado una situación de incertidumbre muy importante. Esto deriva en un estado de alerta prologado al que no estamos, en absoluto, acostumbrados y que puede acarrear problemas graves en la salud mental.
Además, los confinamientos nos han mantenido más expuestos que nunca a la luz azul, con falta de estímulos externos y con un exceso de condicionantes que dificultan el sueño.
Los cambios inesperados que sigue originando la pandemia (como pueden ser los periodos de confinamiento o el teletrabajo) nos desconectan de nuestras rutinas anteriores. Esto tiene consecuencias negativas a la hora de descansar adecuadamente, de mantener una alimentación sana y conservar los buenos hábitos.
Es aconsejable acudir a los especialistas cuando los sentimos más faltos de energía de lo habitual, pues la coronasomnia nos puede estar pasando factura.