Con Miguel Luque: el Rincón de Asha en LomoAlto
Hoy tengo la suerte de entrevistar a una de esas personas que deberían servir de inspiración para todos. Un ejemplo de lucha, de superación y de éxito. Hace años que sigo la carrera de este nadador, de este deportista paralímpico que lo ha ganado todo, pero que demuestra humildad y honestidad en todo lo que hace. Miguel Luque nació en una localidad cercana a Barcelona y lo hizo con una discapacidad que le impedía andar, pero que no le ha impedido participar en 5 Juegos Paralímpicos ganando en todos ellos medalla, una de oro, dos de plata y una de bronce. También ha sido campeón del mundo en 3 ocasiones y ha cosechado una lista interminable de éxitos en distintas competiciones. Pero por encima de todos estos éxitos deportivos, Miguel es una buena persona que disfruta con lo que hace y que lleva la honestidad por bandera. Y nos citamos en LomoAlto, un restaurante de Barcelona que se ha convertido con los años en un templo para los amantes de la carne. La honradez y la perfección son marcas distintivas de este establecimiento. La honradez en la selección de productos de máxima calidad y la perfección en su tratamiento, desde la maduración de las carnes en la cámara que tienen en el propio local y que les permite ofrecer un producto único en el mercado, hasta la cocción de los cortes, que dominan a la perfección.
Como me gusta hacer cuando voy a un restaurante de este nivel, dejo en sus manos la elección de lo que vamos a degustar, teniendo la seguridad de que todo será excelente. La primera elección que dejamos en sus manos es la del vino. El Viña Sastre será el perfecto acompañante para todo lo que nos espera.
¿Miguel, cómo te defines?
La verdad es que es muy difícil definirse a uno mismo, pero lo que sí te puedo decir es cómo me definen mis amigos. Dicen que soy una persona alegre, con mucha vitalidad, con predisposición a ayudar, normal, sencilla, honesta, trabajadora. No me considero una mala persona, no soy vengativo, en definitiva, me gusta pensar que soy una buena persona y mis amigos así me definen.
¿Cómo llegaste al mundo de la natación?
Empecé en la natación de muy niño. Siempre me gustó hacer deporte con mis amigos, la competitividad bien entendida y el disfrutar de la experiencia de grupo. De pequeño ya hacía cursillos y nadaba un par de veces por semana, pero fue a los 15 años cuando me puse en ello en serio, quería ser deportista paralímpico y ya empecé a entrenar a diario.
Empezamos con unos entremeses LomoAlto de buey y vaca. Una cecina artesana premium que se deshace en la boca; chorizo, salchichón y sobrasada con sabores potentes, pero perfectamente equilibrados y lengua curada, uno de esos embutidos que actualmente son raros de encontrar, pero que es una auténtica delicia. Este plato es una manera inmejorable de empezar nuestra comida y tiene una presentación que os dejará literalmente con la boca abierta.
¿La natación era tu vocación?
No sé si era mi vocación, lo que está claro es que por el tipo de discapacidad que yo tengo, la natación como terapia era lo que mejor me iba. Voy con silla de ruedas, con muletas, con aparatos y si no hubiera entrado en el mundo del deporte habría llevado una vida muy sedentaria y mi estado físico no tendría nada que ver con el que ahora tengo. Y, además, el deporte te da muchas otras cosas, te exige una disciplina muy fuerte y un espíritu de superación que te sirve para todos los aspectos de tu vida.
¿Qué es exactamente lo que te impidió andar desde tu nacimiento?
Sufrí una de esas complicaciones en mi gestación que, afortunadamente, se dan poco, 1 de cada 3000 nacimientos. Se llama Artrogriposis Múltiple Congénita (AMC) y se produce cuando el cordón umbilical se enreda en las piernas del feto e impide su correcto desarrollo. Pero nacer con esta discapacidad no me ha impedido ser feliz, no me ha impedido cumplir mis sueños.
¿Cómo llevaste de pequeño el hecho de ser diferente? ¿Fue difícil?
Si estamos hablando de bullying, no considero que lo sufriera de pequeño. Ni lo he sentido ni lo he presenciado, creo que porque ya de pequeño era una persona muy fuerte. Cuando pasaba algo, como que otro niño me quitara las muletas, yo no me quedaba quieto, le daba un tortazo si hacía falta y el tema ya no se volvía a repetir. Los niños siempre van a por el más débil y yo me sentía fuerte, era fuerte, no me consideraba alguien ni por encima ni por debajo de los demás, era como los demás. Si no te dejas pisotear, no te pisotean.
¿Y tu familia?
Mi familia siempre me aceptó tal como era, uno más de los 6 hermanos que somos. En un núcleo familiar, lo que le pasa a uno les pasa a todos y yo me sentía tan protegido por ellos como yo les protegía cuando era necesario. No era especial, era como todos mis hermanos.
Continuamos nuestra experiencia gastronómica con un steak tartar de buey increíble, preparado con maestría, con los aliños medidos a la perfección para no enmascarar una carne de calidad premium. El steak tartar es un plato que muchos restaurantes ofrecen, pero que a menudo no pasa de ser aceptable. Este es, en todos los aspectos, un sobresaliente.
¿Qué es para ti la natación?
Es mi vida, es mi día a día. Levantarme por la mañana, entrenar y estar con los compañeros es mi forma de vida y te diría que mi pasión. La natación me lo ha dado todo, me ha convertido en la persona que soy y me ha enseñado que, con esfuerzo, disciplina y pasión, puedes conseguir lo que te propongas. Sin la natación no sería la persona positiva y vital que soy.
Inicias tu carrera como deportista a raíz de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. ¿Cómo consigues entrar en el mundo de los deportistas de élite?
Con mucho esfuerzo, mucha convicción y con mucha ilusión por llegar a unos juegos. Cualquier deportista sueña con llegar a unos Juegos Paralímpicos u Olímpicos y para conseguirlo se necesita mucha constancia y mucho esfuerzo. Es una actitud, la de creerte que lo puedes conseguir. Y, por supuesto, es imprescindible el apoyo de la familia, de la federación y de todos los componentes de tu equipo, sin esto, es imposible. También he tenido siempre el apoyo de mi ayuntamiento, el de Parets, pero no como institución, sino como colectivo de personas que, más allá de su color político, siempre han creído en mí y me han ayudado en todo lo que han podido.
Lo importante para mí es disfrutar de lo que hago y hacerlo todo lo bien que pueda. Si el trabajo está bien hecho, ya puedes considerar que has triunfado.
Miguel Luque
Y ya en el año 2000 llegas al CAR de Sant Cugat, donde entrena la élite.
Si, en el 2000 llego, pero como externo, solo yendo un par de días por semana. Allí empecé a poder entrenar en una piscina de 50 metros, ya que en Parets no había ninguna. La del CAR era la que me quedaba más cerca y el presidente de la federación dijo que me tenían que apoyar en todo lo que pudieran porque iba a participar en unas olimpiadas y necesitaba poder entrenar en condiciones. Puedo decir que he sido una persona afortunada porque, tal vez por mi forma de ser, siempre he tenido el apoyo de todas las personas del mundo del deporte.
¿Qué supone para ti haber ganado tantas medallas?
Yo veo las medallas como un reconocimiento al trabajo bien hecho, a la constancia, al esfuerzo y a la ilusión que pongo en todo lo que hago. Me hace mucha ilusión ganar medallas, claro que sí, pero no es lo más importante para mí. Lo importante para mí es disfrutar de lo que hago y hacerlo todo lo bien que pueda. Si el trabajo está bien hecho, ya puedes considerar que has triunfado.
La carne es sin duda la protagonista en LomoAlto y no podía faltar una de sus preparaciones más icónicas, el carpaccio. En LomoAlto han creado su propia versión de este plato de origen italiano y lo han españolizado de forma magistral, sustituyendo el clásico grana padano por un queso castellano ahumado que hace un matrimonio perfecto con la vaca vieja madurada, la auténtica protagonista de este plato. Esta vuelta a un clásico de la cocina es un gran acierto.
¿Qué te aporta el deporte tanto a nivel físico como psicológico?
A nivel físico, por supuesto, llevar una vida sana y tener una condición física que de otra forma no tendría. Y a nivel psicológico me aporta herramientas para afrontar los problemas que cualquier persona tiene en su vida. Me da la visión de que todo tiene solución tarde o temprano si realmente quieres solucionarlo y te esfuerzas en ello. El deporte, vivido de una forma sana, es una fuente de aprendizaje brutal para todos los aspectos de la vida.
¿Qué supone para ti presentarte a unos Juegos Paralímpicos?
Supone mucho. Supone recoger los frutos de todo el trabajo hecho junto a mi entrenador y mi equipo. Tengo la suerte de contar con un gran equipo a mi lado, entrenador, preparador físico, psicólogo, nutricionista, un equipo humano que lo da todo para que yo llegue a unas olimpiadas en las mejores condiciones posibles. Es un trabajo 100% de equipo y, sin este grupo de profesionales a mi lado, sería imposible conseguir hitos como estos.
Mientras me lo pase bien quiero seguir disfrutando de este deporte. El día que lo pase mal, lo dejaré.
Miguel Luque
¿Cómo te preparas psicológicamente para algo tan importante?
Es difícil, con los años vas aprendiendo, pero sin la ayuda de un psicólogo es imposible. Actualmente, con las redes sociales y los medios de comunicación tan potentes que hay, todo se sabe al momento, estás siempre expuesto y cualquier cosa que digas te puede poner en situaciones difíciles. Es una presión realmente alta, pero yo siempre defiendo que, si hablas con honestidad y desde el corazón, nunca meterás la pata. Y para la competición propiamente, me focalizo en lo que quiero conseguir y tengo muy muy claro que los milagros no existen, que esto va de entrenamiento. Si entreno y asisto a competiciones sé que los tiempos que consigo son más o menos los que podré conseguir en las olimpiadas, no habrá grandes sorpresas, no habrá milagros.
¿Y qué esperas ahora del deporte, cuando ya has conseguido tantos éxitos?
Creo que mi currículum después de 7 paralimpiadas ya lo tengo hecho y ahora lo que quiero es disfrutar. Disfrutar de entrenar cada día, de convivir con mis compañeros, de viajar y conocer ciudades nuevas, quiero pasármelo bien haciendo lo que más me gusta en el mundo y hacerlo todo con tranquilidad. Mientras me lo pase bien quiero seguir disfrutando de este deporte. El día que lo pase mal, lo dejaré. Al principio, me ponía nervioso antes de unos juegos, ahora estoy supertranquilo hasta que no escucho mi nombre para ponerme en la salida. He renunciado a muchas cosas por el deporte y, por eso, creo que es importante disfrutar de él, si no, no tiene sentido. La vida del deportista es bastante triste, no tienes casi vida social porque cuando tu círculo tiene tiempo libre tú estás entrenando o compitiendo. No puedes hacer ningún exceso, especialmente a partir de cierta edad porque en las pequeñas diferencias físicas es donde puedes destacar o no hacerlo. Por eso, creo que la vida del deportista de élite solo tiene sentido mientras disfrutes de lo que haces.
Cuando volví de las olimpiadas de Sidney 2000 con una medalla de oro colgada al cuello, nadie me hizo ni el más mínimo caso, no tuvo ninguna repercusión, no les interesó a los medios de comunicación y, por tanto, pasó desapercibido para la sociedad.
Miguel Luque
¿Cómo viviste la pandemia?
La verdad es que las primeras semanas bien, porque todos pensábamos que sería algo corto, nadie pensaba que estaríamos encerrados tanto tiempo y casi que agradecía un parón en el día a día tan exigente que tenía. Pero, cuando ya llevábamos 3 semanas, empecé a ver la cruda realidad. No podíamos salir de casa, no podías ver a tus amigos, no podías ir a un restaurante. Me resultó tan difícil que una noche, cuando estábamos con toque de queda, no pude más y cogí la moto para dar una vuelta, me pararon y me multaron. No puse ninguna excusa para intentar evitar la multa, le dije la verdad, que había salido porque ya no podía más y que entendía que me tuvieran que multar.
Después de recordar esa triste época en que todos perdimos parte de nuestra libertad, necesitamos recobrar la ilusión y lo hacemos cuando se nos presenta a la estrella de la comida: el chuletón de bruna de los Pirineos de 40 días de maduración. Ya os comentaba que el proceso de maduración de las carnes en LomoAlto es único y el resultado es espectacular ya solo a la vista. Pero la auténtica fiesta empieza cuando te pones el primer trozo en la boca. La carne está cocinada magistralmente, el sabor intenso de la carne se combina perfectamente con el toque de la brasa de carbón, se deshace en la boca, es un auténtico espectáculo. Sin duda, merecería la medalla de oro en cualquier olimpiada de carne.
¿Cómo es un día de Miguel Luque?
Bastante cargado y exigente. Entreno de lunes a sábado por las mañanas en el agua. Por las tardes tengo pesas y lunes y miércoles tengo fisioterapia. Aunque como de todo, estoy muy controlado por mi nutricionista, que me ayuda a mantener la masa muscular correcta. En resumen, mucho entrenamiento y mucha disciplina. Pero repito, es lo que me gusta y con lo que disfruto.
Háblame del deporte paralímpico. ¿Le tratamos como se merece?
Yo he vivido todas las caras del deporte paralímpico, desde la más oscura a la más brillante. Cuando volví de las olimpiadas de Sidney 2000 con una medalla de oro colgada al cuello, nadie me hizo ni el más mínimo caso, no tuvo ninguna repercusión, no les interesó a los medios de comunicación y, por tanto, pasó desapercibido para la sociedad. Poco a poco y gracias a las redes sociales y a personas como tú, que tienen la sensibilidad necesaria para preocuparse por el tema, más y más personas nos conocen y nos siguen. Ahora ya aparecemos en los medios cuando conseguimos algún éxito y la gente celebra nuestros triunfos. Creo que, poco a poco, se le está dando a los atletas paralímpicos el trato que merecen.
Sinceridad, honestidad, ser una buena persona y disfrutar de todo lo que hago. Creo que en eso se resumen mis valores y mi filosofía de vida.
Miguel Luque
Además de todos los éxitos en distintas competiciones, cruzaste el Estrecho de Gibraltar a nado. ¿Cómo fue la experiencia?
La verdad es que fue duro y un reto. La gente habla del miedo a los tiburones y cosas así, pero yo a lo que realmente tenía miedo era al frío. Por mi discapacidad no siento el frío en las piernas y se me encogen sin yo darme cuenta, por lo que hubiera sido un auténtico desastre que esto ocurriera. Fueron 17 kilómetros muy duros, pero terminarlos fue una auténtica satisfacción.
¿Qué valores tienes?
Sinceridad, honestidad, ser una buena persona y disfrutar de todo lo que hago. Creo que en eso se resumen mis valores y mi filosofía de vida y, puedo decir con orgullo que, de momento, me ha ido muy bien siendo como soy. La gente me quiere y yo devuelvo esa estima en todo lo que puedo.
Antes de que escojamos entre la extensa oferta de deliciosos postres, nos ofrecen un sorbete de lima y apio con gintonic muy refrescante. Un digestivo excelente como broche final al festival gastronómico que el equipo de LomoAlto nos ha ofrecido y que, sin duda, no tardaremos en repetir.
¿Crees que nuestras ciudades están preparadas para personas que va con sillas de ruedas?
Creo que se está intentando, pero todavía queda mucho. Recuerdo que cuando estuve en Sidney hace ya 20 años, me encontré con una ciudad totalmente adaptada a personas con discapacidades. Y, después de 20 años aquí, estamos todavía en proceso, falta mucho por hacer. Sin ir más lejos, restaurantes como LomoAlto están perfectamente preparados para personas con alguna discapacidad, pero todavía encontramos muchos lugares a los que, personas como yo, no podemos ir.
¿Qué consejo darías a las futuras generaciones?
Sin duda, que persigan sus sueños, que trabajen para hacerlos realidad y que disfruten con todo lo que hagan. Como te comentaba, yo siempre intento disfrutar de lo que hago. Disfruto de los entrenos, de la competición, de la convivencia con mi equipo y mis compañeros de cada ciudad y cultura del mundo que este deporte me ha dado la oportunidad de conocer. Creo que esta es la clave para ser feliz.
La comida de hoy ha sido un auténtico regalo en todos los sentidos. Miguel Luque, más allá de ser uno de los mejores deportistas paralímpicos del mundo, es una persona vital que contagia la pasión que pone en todo lo que hace, que ha hecho del disfrutar una forma de vida, que antepone ser una buena persona a todo lo demás. Hemos conversado, nos hemos reído y hemos podido disfrutar de una experiencia gastronómica que solo establecimientos como LomaAlto pueden ofrecer. Excelente comida en excelente compañía.