Casal dels infants: educación contra las desigualdades

En las últimas semanas, han salido a la luz informes de diferentes instituciones y organizaciones sociales que alarman sobre un aumento de las desigualdades a todos los niveles. En la ciudad de Barcelona y en su área metropolitana la situación es alarmante: miles de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y familias sufren cada día la falta de oportunidades para salir adelante. El Casal dels Infants actúa en los barrios más vulnerables cada día, colaborando en red con vecinos, instituciones, empresas y otras organizaciones para que la pobreza y las desigualdades desaparezcan de nuestras calles.
Una organización ciudadana, para los ciudadanos
El Casal nació de la voluntad de un grupo de personas vinculadas al barrio del Raval de Barcelona hace 33 años. Querían construir un barrio con más oportunidades para los niños y las familias, un barrio donde no importara el origen ni la condición social de una persona para llegar todo lo lejos que sus sueños y esfuerzo le permitieran. Este espíritu es el que mueve el trabajo diario de la organización y el que se sigue transmitiendo en todos los barrios donde tiene presencia.
El compromiso y la implicación de la ciudadanía es la esencia que ha conformado el trabajo del Casal desde que se creó. El voluntariado y el trabajo en red con la ciudadanía y con el mundo institucional y empresarial están en el epicentro de la acción del Casal, porque “sólo si sumamos el esfuerzo de todas las esferas de la sociedad, de todas las personas, podremos revertir la situación. En el Casal somos ‘personas para personas’, explica Rosa Balaguer, su directora general.
En la actualidad, en el Casal se encuentran más de 1.200 personas que suman sus esfuerzos para tejer oportunidades en los barrios más vulnerables de Barcelona (El Raval y el Maresme-Besòs), Sant Adrià de Besòs (La Mina), Badalona (Sant Roc y Llefià ), Santa Coloma (Santa Rosa-Raval) y en el municipio de Salt (Gironès), además de tener proyectos de cooperación con entidades de Marruecos (en Tánger y Casablanca). La organización se involucra en los barrios, estableciendo alianzas, aportando recursos, conocimiento, implicando personas, voluntariado. Generando acciones sociales y educativas, teniendo en cuenta lo que ya hay y sumando esfuerzos para que el barrio sea capaz de garantizar y mejorar el bienestar y las oportunidades de sus niños y jóvenes.
De hecho, la convicción de que a la pobreza se la puede vencer sólo si nos implicamos todos, si todo el barrio educa a sus pequeños, cala hondo en las personas involucradas en el Casal y es su verdadera fuerza motora, la gran herramienta que contribuye a la transformación social.
El trabajo se enfoca, por tanto, desde y para la comunidad. Las actividades se abren a los vecinos mediante la participación en espacios abiertos como plazas y parques y se intenta que estos conozcan la realidad y se impliquen en la transformación de sus barrios. La participación comunitaria es un eje transversal que se trabaja en todos los proyectos de la organización, aunque de forma significativa en el proyectos de Intervención Comunitaria Intercultural que el Casal desarrolla en Santa Coloma de Gramenet y en Salt (Girona). “Sin la comunidad, sin la convivencia, sin la cooperación entre todos y todas, independientemente de su origen cultural, el trabajo del Casal no tendría sentido”, resalta Balaguer.
La educación es una necesidad básica
Para erradicar las desigualdades se puede actuar sobre el foco inmediato de malestar o se pueden dar herramientas para que las personas sean autónomas y salgan adelante por sí solas. “En el Casal hacemos ambas cosas, pero nos centramos en la segunda. Creemos en la educación como cimiento de todo cambio duradero y estable”, prosigue la directora de la entidad.
La organización trabaja para evitar que la pobreza de hoy se traslade a las generaciones futuras, “si lo permitimos estaremos hipotecando el equilibrio y el bienestar futuro de la sociedad”, concluye. La pobreza, por tanto, no debe de ser hereditaria y la educación de los más pequeños es esencial para evitarlo.
El Casal dels Infants acoge y atiende a niños desde su nacimiento y hasta la juventud, involucrando a sus familias y su entorno más cercano. Los proyectos abarcan desde la atención a niños y familias, al seguimiento en los procesos de escolarización, la atención y apoyo a la inserción laboral de jóvenes en riesgo de exclusión y el refuerzo de la comunidad.
En este sentido, educar cuanto antes mejor es la clave para evitar situaciones complicadas en el futuro. Por ese motivo el Casal hace un especial esfuerzo por mantener sus iniciativas de trabajo con niños y niñas en edad preescolar, ofreciéndoles a ellos y a sus familias espacios donde relacionarse, donde jugar y educarse. Espacios como Minúscula o Vincles, el proyecto maternoinfantil de referencia en la entidad.
Más vínculos para salir adelante
En Salt, pero también en Barcelona, Santa Coloma y Badalona, el Casal trabaja los Vincles entre madres y bebés. El apoyo a mujeres y sus hijos es una de las prioridades del trabajo del Casal. Fortalecer el vínculo entre ellos es clave para conseguir un entorno de seguridad en el que ambos se sientan cómodos y ganen la confianza que necesitan para superar las dificultades de cada día.
Desde esa premisa nace Vincles (Vínculos), uno de los más conocidos del Casal dels Infants, en el que, gracias al trabajo de voluntarios y profesionales, se da apoyo personal, formativo y laboral a las madres y sus bebés. Se trata de mujeres de hasta 30 años que generalmente viven solas y a quienes les falta una red de familia y amigos que las proteja y les ayude en el proceso de maternidad. Son los rostros de la pobreza más cruda y el aumento de la demanda de plazas cada año no refleja sino la urgencia de proyectos de este tipo.
De hecho, el año pasado, se ampliaron las plazas para chicas jóvenes de entre 16 y 21 años, después de detectar un aumento de embarazos en esta franja de edad. Se trata de un colectivo especialmente vulnerable cuya necesidad es, si cabe, mayor y con el que se trabaja especialmente la prevención del riesgo y la promoción de oportunidades para ellas y para sus hijos. En la actualidad, 240 madres y sus bebés asisten cada día a las actividades de Vincles en los distintos barrios.
La educación y la formación son el elemento clave que las puede hacer salir de la situación de riesgo en la que se ven inmersas. Con ese objetivo, los voluntarios y profesionales del Casal las forman como acompañantes de personas mayores, con dificultades o discapacitadas y como dinamizadoras de actividades de estos colectivos. Un trabajo que les da autoestima y ganas de salir adelante.
Vincles se convierte, por tanto, para estas mujeres, en un espacio propio para su desarrollo donde mejoran la calidad de su vida en familia, experimentan un crecimiento personal significativo e incrementan sustancialmente su autonomía, lo cual repercute, sin duda, en la calidad de vida de sus hijos.
La fuerza del voluntariado
En el Casal dels Infants, la educación se entiende como un derecho básico de los niñosy jóvenes y un proceso en el que se deben de involucrar todas las personas de su entorno. La familia, los vecinos y los conciudadanos son parte responsable de que el crecimiento en igualdad y felicidad de todos los niños y adolescentes sea posible.
Tanto para el buen funcionamiento de Vincles como del resto de proyectos del Casal, la participación de los voluntarios del entorno del niño y el trabajo de estos, codo con codo, con los profesionales del Casal es esencial.
La experiencia, el punto de vista crítico, el empuje, la ilusión e implicación de los voluntarios es la clave para llevar a cabo un trabajo cada vez más exigente, en un día a día realmente duro, que pide una lucha más activa contra las desigualdades.
Los voluntarios del Casal son ciudadanos y ciudadanas de todas las edades, ideologías, profesiones y condiciones sociales implicados en una visión, una misión y unos valores comunes, organizados bajo la convicción de que solo desde autonomía y la autogestión se pueden conformar equipos firmes y estables, con un amplio abanico de capacidades, habilidades y disponibilidad de tiempo diverso.
Todas y todos, desde su vertiente profesional, desde su conocimiento e ilusión personal, aportan valor y riqueza a la actuación del Casal. Todos ellos son quienes, con su dinamismo y entrega permiten a las niñas, niños, jóvenes y familias del Casal tener un presente y un futuro con más posibilidades y mejor autoestima. Quienes les ayudan a soñar. Quienes alimentan su futuro.