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Antonio Carmona

“De raza, genuino, innovador”

 “El flamenco no es una moda, es una manera de vivir que se está encontrando el respeto por parte de la gente”.

Lleva el flamenco en los genes, en la sangre, en el alma. Junto a su hermano y su primo triunfaron con Ketama, acercando un nuevo sonido del flamenco a toda clase de público. Maduro, sereno y consciente de la realidad actual, sigue sin dejar de tocar y disfrutar de la música ni un sólo día mientras evoluciona al ritmo de su vida. A sus cincuenta años mantiene esa curiosidad que le lleva a descubrir y experimentar la música como ningún otro. Entre Miami y España, este músico gitano se compromete con el presente del mundo que le rodea mientras prepara nuevos proyectos y nuevo disco. Siempre ilusionado y agradecido en su vida, con la edad valora más las cosas sencillas de la vida y sonríe al pensar en su familia y en el futuro por delante.

P: Tras casi una década en solitario, ¿cómo ha evolucionado la música de Antonio Carmona?

R: La música evoluciona más de los quince- veinte a los treinta años. Después ya tienes más claro el concepto de lo que quieres hacer. Yo ahora sé que quiero seguir haciendo música, divirtiéndome trabajando, haciendo proyectos… En estos 10 años he tenido la suerte de conocer y trabajar con artistas como Quincy Jones, Esperanza Spalding, Willie Nelson o incluso con cocineros como Mario Batali, y cada uno de ellos te aporta cosas que te influyen artísticamente.

P: ¿Qué encontraremos en el nuevo disco que estás preparando?

R: De los viajes, de la experiencia de vivir en Miami, he compuesto muchas cosas, muy diferentes. Ahora me centro más en que me gusten las canciones, que me lleguen. He terminado las maquetas y ahora toca trabajar sobre el sonido. El flamenco nunca faltará porque es mi alma, mi legado familiar, pero habrá sorpresas por todas las influencias de artistas con los que he trabajado. Me dejo llevar.

P: Tus discos los cocina poquito a poco, dedicándoles años. ¿De dónde vienen tus influencias a la hora de enfrentarse a la creación de un nuevo álbum?

R: Mi alma es mi guitarra y todos esos músicos con los que he crecido. Pero estoy abierto a la actualidad, a los sonidos de ahora, no me puedo quedar atrás a la hora de componer. Me gusta tomarme mi tiempo a la vez que a lo largo de estos casi cinco años también he estado en otros proyectos. Los discos los hago con mucho cariño, los mimo y, en este caso, los malos tiempos de la cultura en España me hacen pensar que quiero un disco pensado, consciente, que sea longevo, para que la gente lo saboree durante mucho tiempo. Como la comida de mi madre, que lleva su tiempo y siempre sale buena.

P: ¿Qué relación se establece entre tú y la ciudad de Miami?

R: Como yo hay pocos en Miami. Todavía cuesta que gente del flamenco salga afuera. Pero es impresionante lo que nos respetan y el valor que hay de cultura. De esa ciudad me gusta que no me siento extranjero, hay una mezcla de personas de muchas partes del mundo. La cultura se vive en la calle: los conciertos se llenan, las entradas de espectáculos de flamenco se agotan en 2 días para lugares de 6.000 localidades.

P: En tu familia la música ha estado siempre presente, en cada rincón del día a día. ¿Cómo fueron las reacciones cuando escucharon el estilo de Ketama?

R: Mis padres vienen de la base musical del flamenco pura, de lo ortodoxo. Y claro, nos veían a nosotros que metíamos batería, bajo, metales… tuvieron que digerir poco a poco. Pero al final, dentro de mis canciones, por mucho que quisiera hacer un tema rockero o celta o lo que sea, siempre tendrá el sabor flamenco. Siempre hay que evolucionar. Mi padre en su época era un tipo moderno, porque tenía una manera de tocar que era transgresora en aquel momento. Yo en mi época, nosotros, acercamos a diferentes públicos de flamenco, tanto los más fans del flamenco puro como a los que les gustaban los nuevos sonidos.

P: Unisteis a mucha gente diversa, ya no sólo con diferentes gustos musicales sino también a diferentes generaciones.

R: Realmente los dos que tendieron puentes fueron Paco de Lucía y Camarón. Recuerdo cuando iba a ver a Paco de Lucía y observabas en el público a gente de todo tipo: unía a personas de toda clase y condición. Por eso el flamenco no es una moda, es una manera de vivir que se está reconociendo y encuentra su momento y el respeto por parte de la gente.  

P: Durante su carrera siempre ha apoyado causas sociales, como la campaña Somos en su momento. ¿De qué manera crees que ayuda el que un personaje público se implique en organizaciones o proyectos solidarios?

R: Un personaje público dota de mucha fuerza a un proyecto ya que arrastra a mucha gente a una causa. Por ejemplo, hay un orfanato en África que financiamos con un par de conciertos de Ketama en Ibiza. Me implico mucho con temas relacionados con los niños, con la infancia, me tocan mucho. Ayudar a menores con problemas familiares, apoyándoles en su desarrollo y sus motivaciones. O ahora también colaboro con una ONG que ayuda a mejorar las condiciones de los presos y mujeres que dan a luz en la cárcel.

P: ¿Cómo crees que uno puede hacer del mundo un lugar mejor?

R: Con amor. Si le pones amor a tu trabajo, a la música, al prójimo, incluso al que te mire mal. Contra eso no hay armas. Tener el espíritu limpio, disfrutar del presente, de lo real de la vida de cada uno, sin juzgar al de al lado. Ser agradecidos por tener manos para tocar, ojos para ver. Hay que salir de las pantallas un poco, ver la realidad, lo que podemos sentir.

P: ¿Qué le gustaría que recordasen de Antonio Carmona?

R: Espero que mis nietos recuerden a un músico luchador, alguien que se esforzó desde muy joven. Que me recordaran por el esfuerzo que he hecho para estar simplemente estar ahí, dando lo que soy y haciendo feliz a la gente.

TEST

¿Qué talento le gustaría tener? Saber de mecánica.

¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada? Las posesiones materiales.

Si no fuera música, ¿qué cree que sería? Sería músico. No pienso en otra opción.

¿Cuál es el defecto que más odia de usted mismo? A veces soy demasiado generoso.

¿Y de los demás? La falsedad.

¿Cuál es su mayor extravagancia? Haberme disfrazado en los carnavales de Cádiz con una máscara veneciana.

¿A quién considera un héroe? A Juan de Dios Ramírez Heredia, un diputado que ha luchado por los derechos gitanos mucho tiempo.

¿Y villano? Uff… hay 200.000.

¿Cuál es su posesión más preciada? Mis guitarras.

¿Cuál es su lema? Ser feliz.

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