5 tips para que tu toma de decisiones llegue a buen puerto

Decidir no siempre es fácil y depende de muchos factores. Descubre algunas claves que te pueden ayudar en el proceso.
Tomar decisiones importantes puede resultar de lo más complicado, independientemente de que seas una persona indecisa o no. Y es que, el miedo a equivocarnos puede llegar a paralizarnos en la duda o a aplazar al máximo la elección. Aunque cada persona suele tener su método particular de afrontar la incertidumbre que traen las decisiones, a veces buscamos métodos que nos ayuden a inclinarnos por un camino u otro. Sin embargo, no existe una fórmula universal que nos ayude a tomar todo tipo de decisiones, pero tampoco tendría sentido que la hubiera. Cada uno debe tomar sus decisiones según sus propios principios y sus metas, que nunca coincidirán con los de los demás. Pero sí que existen algunas claves que te pueden ayudar en el proceso de tomar decisiones.
En algún momento de nuestra vida, todos tendremos que tomar alguna decisión importante que marcará nuestro futuro. La duda de si elegiremos la opción correcta o no puede generar mucha inquietud e implica arriesgarse. Ahí es donde entra el miedo a equivocarse o a ir en contra de lo que opinan los demás, por lo que podemos atascarnos. Esa indecisión viene derivada de un conflicto que puede ser entre las diferentes alternativas o por la disputa interna entre lo que quiere el corazón o lo que dicta la cabeza. Incluso, el conflicto puede ser entre lo que deseamos y lo que los demás esperan de nosotros. Pero estancarse en la duda nunca es una buena opción.
Claves para guiar la toma de decisiones
Para poder tomar una decisión, lo primero que hay que hacer es orientarla hacia una finalidad y aceptar la responsabilidad. Para ello, hay que escuchar tanto a la razón como a la emoción, ya que ambas pueden equivocarse, así que no hay que pensar separándolas. De hecho, por mucho que lo intentemos, la razón y la intuición funcionan de forma unida. También hay que decidir con integridad, es decir, basándose en los principios y valores personales. Eso sí, siempre hay que ver tanto la parte positiva como la parte negativa. Si estos consejos no te resultan suficientemente útiles para tu toma de decisiones, puedes probar algunas de estas claves:
- Definir la finalidad, es decir, saber qué quieres lograr a corto y largo plazo con la decisión que tomes. Hacerte preguntas como a dónde quieres llegar, qué quieres conseguir, cuáles son tus prioridades o si esa decisión te ayudará a conseguir lo que quieres para tu futuro pueden ser muy útiles.
- Hacerlo ya. Postergar las decisiones y darles mil vueltas a veces no es la mejor opción. Tomar la decisión cuanto antes te permitirá centrar tu atención en otros temas y poder seguir avanzando.
- Valorar las consecuencias. Tener en cuenta las consecuencias que tendrá una decisión u otra puede ser muy útil para decantar la balanza.
- Dejar reposar la decisión. Aunque a veces lo más conveniente es tomar la decisión cuanto antes, otras es mejor meditarla y dejarla madurar un tiempo. Sobre todo en momentos de crisis, ya que la percepción de las cosas puede estar distorsionada.
- Resolver de manera creativa. Aumentar la comprensión mirando la situación desde diferentes puntos de vista y abrir la mente imaginando alternativas puede ayudar a verlo todo diferente para tomar la decisión.
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